La guarida del apóstol

El templo de Hermosa Provincia ha sido un símbolo del poder de la secta, pero también es un monumento a los secretos y las acusaciones más terribles contra su líder, Naasón Joaquín, que espera a ser juzgado

Ciudad de México.

Delante de él, cientos de miles de fieles vestidos de blanco lloraban desconsolados. “Abre sus ojos para que vean tu gloria”, pregonaba Naasón Joaquín, líder de la iglesia La Luz del Mundo, mientras levantaba los brazos en el centro del atrio. A su alrededor rugía “el templo religioso más grande de Latinoamérica”: una estructura piramidal de 83 metros de altura con cinco mil toneladas de acero, que tardó casi una década en construirse.

Detrás de él, un coro entonaba un cántico que anunciaba “la fiesta más grande de toda la Tierra”: la Santa Cena, la celebración más importante de la organización religiosa, que convoca a la feligresía cada 14 de agosto al templo sede en Hermosa Provincia, en la ciudad mexicana de Guadalajara, bajo la promesa de la salvación eterna.

Debajo de él, una serie de túneles o pasadizos, de acuerdo con antiguos miembros de la congregación —sótanos, según la iglesia— resguardaban los secretos de la organización: los subsuelos del templo que encarna el poder de La Luz del Mundo son el escenario de las acusaciones más terribles contra la cúpula del culto.

“He visto los túneles y soy testigo de que existen”, asegura Sochil Martin, una exasistente de Naasón Joaquín que lo denunció por múltiples casos de abuso sexual. En esa misma red subterránea, afirma el abogado de Alondra Ocampo, otra antigua colaboradora del líder, ella fue violada cuando era una niña.

Aquella Santa Cena de agosto de 2018 fue la última que encabezó Naasón Joaquín, el Apóstol de Jesucristo para sus seguidores. Diez meses después fue detenido en el aeropuerto de Los Ángeles tras aterrizar en un jet privado. Joaquín vestía de traje. En una mano sostenía su teléfono y en la otra, un maletín. Dentro de su equipaje se encontró un iPad, donde la Policía halló un video de un chico desnudo de 14 años, enmascarado y recibiendo sexo oral.

La mujer que hacía la felación, según los testimonios que presentó la Fiscalía, era la tía del adolescente. En sus dispositivos electrónicos se encontraron otras imágenes de menores teniendo relaciones sexuales. Joaquín, quien asegura tener más de cinco millones de seguidores en casi 60 países y se ha autoproclamado representante de Dios en la Tierra, estaba por ser llevado a juicio en California bajo la acusación de más de una treintena de delitos, entre ellos posesión de pornografía infantil, abuso sexual y tráfico de personas.

En las audiencias, la Fiscalía afirmó que Joaquín se rodeaba de un grupo de adolescentes que eran seleccionadas para servirlo en tareas domésticas. Según esta versión, mujeres que se desempeñaban como sus asistentes se encargaban de reclutar a las menores, tanto en la sede de Guadalajara como en Los Ángeles. Después reunían un dossier con información sobre las candidatas: sus nombres, sus fotografías, su árbol genealógico, la participación de sus familias en su congregación.

El líder instruía a su círculo cercano sobre cómo acercarse a ellas y lo que buscaba en las chicas. “Entre más jóvenes, mejor”, explicaba Joaquín, según el testimonio de una antigua reclutadora citado en el juicio, “son más puras y tienen más amor por mí”. Eliezer Gutiérrez Avelar, ministro de Relaciones Públicas de La Luz del Mundo, sostiene a través de un cuestionario lo que la iglesia ha defendido desde un inicio, que las acusaciones “son falsas e infundadas”.

Tres semanas antes de su arresto, el 15 de mayo de 2019, La Luz del Mundo había sido noticia por su poder político. Gracias a contactos en el Senado mexicano, el apóstol había recibido un homenaje único por su cumpleaños número 50: la fiesta no fue en el templo Hermosa Provincia sino en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, un recinto reservado para eventos culturales que no suele celebrar ningún tipo de acto religioso. En la opinión de Gutiérrez Avelar, lo que se realizó en Bellas Artes “fue un evento 100% cultural” y “no se realizó actividad religiosa alguna”.

En medio del escrutinio público, el líder del culto voló a El Salvador para reunirse con el presidente Nayib Bukele y poner juntos la primera piedra de la Ciudad Luz del Mundo, un proyecto de más de 100 hectáreas en la capital de ese país. Aquel mes de mayo, Naasón Joaquín parecía estar en la cúspide de su influencia en México y Centroamérica. Menos de un mes después dormía tras las rejas en Estados Unidos.

CONSTRUCCIÓN MESIÁNICA

La Luz del Mundo se fundó en diciembre de 1926, después de que Eusebio Joaquín recibiera una “revelación” para restaurar la iglesia original, alejada de las “desviaciones” que habían tomado los católicos tras el fallecimiento de Jesús. Influido por la llegada de predicadores protestantes en el norte del país, Eusebio Joaquín, que había sido combatiente de la Revolución mexicana (1910-1920), dejó la vida militar por su llamado religioso y adoptó el nombre de Aarón, el apóstol de Jesucristo. En parte por su antigua participación en la Iglesia Cristiana Espiritual —de corte protestante— y por el tono de las predicaciones en los servicios religiosos —similares a las de las iglesias pentecostales—, es un error común que se describa a La Luz del Mundo como una iglesia evangélica.

Su teología gira más bien en torno a la idea de la restauración de la verdadera fe cristiana y al liderazgo que tiene el apóstol para guiar a su congregación. La figura del apóstol es incuestionable y su mando es decretado por derecho divino: en la práctica, explica el antropólogo Elio Masferrer, eso ha facilitado que los Joaquín se afianzaran como una dinastía sagrada entre sus fieles. “El apóstol es un Dios vivo”, apunta Masferrer.

Mientras que los católicos tienen el Vaticano y los mormones tienen Salt Lake City, la ciudad santa de La Luz surgió en 1952 en un barrio popular en el oriente de Guadalajara, la tercera ciudad más poblada de México, a partir de la compra de 14 hectáreas. Hermosa Provincia significó la consolidación de la etapa formativa del culto, pero a la tierra prometida le faltaba algo.

Bajo el mando de Samuel Joaquín —el penúltimo de los siete hijos de Eusebio Joaquín, quien tomó el control de la iglesia tras la muerte del fundador en 1964— La Luz del Mundo entró en una etapa de expansión y decidió construir un nuevo templo sede que retratara el auge de la congregación. “Lo que esta comunidad necesitaba era un símbolo de unidad e identidad, algo que les diera una cara ante el mundo”, señala Leopoldo Fernández Font, autor del proyecto arquitectónico.

“Fue faraónico”, recuerda Fernando Zamorano, el ingeniero a cargo del diseño estructural. La construcción del templo comenzó en julio de 1983 sobre un terreno elíptico de 60 por 90 metros y duró más de nueve años. Al inicio, Samuel sabía lo que quería, pero no cómo lo quería: buscaba tener un centro de culto que albergara a la mayor cantidad de fieles, un diseño único y, por último, que fuera más alto que la catedral de Guadalajara. La Luz del Mundo dio como referencia a los arquitectos el Partenón griego por su atemporalidad y las mezquitas islámicas por su belleza, comenta Fernández Font.

El arquitecto ideó un edificio piramidal, un inmenso pastel de varios pisos con figuras cóncavas que simbolizan una serie de brazos abiertos a los cuatro puntos cardinales. En cada concavidad se añadieron tragaluces con cristales que forman un caleidoscopio con 112 haces de luz natural. La Luz del Mundo. La cúspide, que se levanta 83 metros sobre el suelo, está rematada con una escultura de la dualidad entre el padre y el hijo. Nadie había visto ni construido un diseño así. Las autoridades dudaban que fuera estable y los permisos de construcción tardaron en llegar.

“Nos decían que parecía un castillo de latas de cerveza y que no iba a resistir”, cuenta Zamorano, entre risas. La estructura, que se inspira en elementos naturales —mitad torbellino, mitad caracol marino—, necesitó de cálculos geométricos que hicieron trabajar a marchas forzadas a las computadoras de la época y de cinco mil toneladas de acero. El Estadio Azteca, por ejemplo, necesitó de 1,200 toneladas de acero laminado y ocho mil toneladas de varillas para sostenerse.

La pirámide de Samuel, sin embargo, necesitaba mano de obra. Entonces convocó a sus feligreses, que erigieron el templo sin paga ni salarios por medio. Su primera tarea fue desmontar el antiguo templo que estaba en la comunidad y reinstalarlo en la colonia Bethel, a unos kilómetros de Hermosa Provincia. “Los fieles trabajaban como hormiguitas”, cuenta Zamorano. Había un grupo minoritario de trabajadores de base, que conocían algún oficio, pero la mayoría eran miembros que llegaban de otras ciudades, se capacitaban un par de días y se quedaban por varias semanas. En el punto máximo, más de 500 personas llegaron a trabajar simultáneamente en faenas que duraban hasta dos días seguidos.

Servirle era ‘un honor’ 

Servir y estar cerca del apóstol era visto como “un honor” en la comunidad, “una bendición”. Pero las chicas que eran reclutadas para asistir a Naasón Joaquín, sostuvo la Fiscalía en California, se dieron cuenta más tarde de que sus tareas no solo se limitaban a limpiar y preparar café. Alondra Ocampo, reclutadora del grupo de Los Ángeles, les explicaría después que, como dice la Biblia, los reyes tenían derecho a tener concubinas y que, como se trataba del siervo de Dios, todos los pecados que hicieran con Joaquín serían “perdonados”. Ocampo, según los fiscales, les compraba atuendos, las llevaba a hoteles y organizaba sesiones fotográficas en las que las niñas eran obligadas a posar desnudas o en lencería, haciendo bailes sugerentes o besándose en una ducha.

Las audiencias preliminares, basadas en la evidencia que presentó la Fiscalía, revivieron también escenas de sexo explícito entre Joaquín y ellas. El testimonio de una de las denunciantes es que fue violada dos veces y obligada a hacerle sexo oral otras tres. Negarse, les decía Ocampo, sería una “abominación”. Sus familias, además, quedarían devastadas: habrían deshonrado al apóstol.

Tras ser señalada como cómplice y acusada de 35 delitos, en octubre de 2020 se supo que Ocampo hizo un trato con la Fiscalía para aspirar a una pena reducida y se declaró culpable de cuatro cargos. Tres están relacionados con contactar a menores con propósitos sexuales y el cuarto con penetrar a otra persona contra su voluntad.

“Lo que sabemos con certeza es que Naasón le pidió que buscara a niñas para que estuvieran con él y la presionó para que le cuidara las espaldas e hiciera el trabajo sucio”, asegura Fred Thiagarajah, abogado de Ocampo. “Alondra lo hizo porque este hombre era el representante de Dios en la Tierra, ha sido adoctrinada toda su vida para creer en eso y en la familia Joaquín”, agrega.

La familia de Ocampo se unió a la iglesia un año después de que ella nació. Su abogado cuenta que cuando ella tenía ocho o nueve años, sus padres la llevaron a una celebración multitudinaria en Hermosa Provincia. Los niños fueron separados de sus familiares y divididos en grupos por sexo y edad. Una trabajadora de La Luz del Mundo se acercó a ella y le dijo que había sido escogida para conocer a Samuel Joaquín, el padre de Naasón, que estuvo al frente de la organización por más de 50 años. Ocampo fue llevada por un “túnel secreto” y cuando se encontró con el apóstol Samuel, él le dijo que era “especial” y que la había seleccionado “como su novia”. “Acto seguido, la violó”, asegura Thiagarajah.