CANBERRA, Australia
La principal pista del aeropuerto estaba ya despejada de la ceniza expulsada por el volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai la semana anterior. La erupción también provocó olas de tsunami en todo el Océano Pacífico que destrozaron embarcaciones en Nueva Zelanda y causaron un derrame de petróleo en Perú.
“Obviamente es una situación muy, muy difícil para la gente de Tonga. La información sobre el terreno que recibí hoy es que hay mucha gente desplazada”, dijo el ministro australiano de Desarrollo Internacional y el Pacífico, Zed Seselja, a periodistas en Canberra.
También había barcos de Estados Unidos y Gran Bretaña en camino, señaló. Australia también ha enviado el HMA Adelaide, un buque militar que lleva helicópteros a bordo, así como ingenieros y un hospital de 40 camas. El barco puede generar electricidad y purificar agua.
El agua potable es una prioridad porque los suministros se han visto contaminados por capaz de ceniza volcánica y agua salada. Equipos de Cruz Roja sobre el terreno reportaron casos generalizados de agua salada depositada por el tsunami que contaminaba fuentes de agua potable para decenas de miles de personas, dijo Katie Greenwood, responsable en el Pacífico para la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz y la Media Luna Rojas.
Seselja señaló que una buena noticia era la que las muertes habían sido relativamente bajas, con tres confirmadas por el momento.
Tres de las islas más pequeñas del archipiélago sufrieron grandes daños por las olas del tsunami. La mayoría de la población vive en la isla principal, Tongatapu, donde unas 50 viviendas quedaron destrozadas.