Miles se concentraron frente a la residencia oficial de Netanyahu en Jerusalén, el punto focal de la mayoría de las manifestación. Otros lo hicieron frente al domicilio privado del primer ministro en la localidad exclusiva de Cesarea, y hubo concentraciones menores en cruces y puentes en todo el país.
Las protestas, en su sexto mes, parecían menos concurridas que en semanas anteriores. El invierno es un reto para los organizadores, y partes de Israel sufrieron lluvias intensas.
Los manifestantes dicen que debería renunciar mientras se lo juzga por corrupción, y lo acusan de mal manejo de la crisis del coronavirus. Esta ha su vez ha provocado la crisis de la economía con un fuerte aumento del desempleo. Muchos de los manifestantes son jóvenes que han perdido el empleo.