San Diego
AP
Es una crisis de la que nadie habla, que existe desde hace años en una de las instituciones mejor financiadas del planeta y que se agravó por la pandemia del coronavirus: Unos 160,000 soldados de Estados Unidos tienen problemas para alimentar a sus familias.
El cálculo es de Feeding America, que coordina los trabajos de más de 200 bancos alimenticios de todo el país, y revela hasta qué punto la inseguridad alimenticia abarca todos los sectores de la vida, incluidos los militares.
El alcance real del problema es tema de debate ante la ausencia de estudios formales. Pero activistas dicen que existe desde hace años y que afecta mayormente a soldados rasos con hijos.
“Es una verdad asombrosa que todo el mundo conoce en los bancos alimenticios de Estados Unidos”, señaló Vince Hall, de Feeding America. “Y es una verdadera vergüenza”.
La organización estima que el 29% de los soldados rasos cayeron en la inseguridad alimenticia en el año pasado.
“Las cosas son como son”, expresó James Bohannon, soldado de la Marina basado en San Diego que recibe ayuda alimenticia para dar de comer a sus dos hijas.
“Sabes en lo que te metes cuando sirves en las fuerzas armadas”, agregó, mientras salía en su auto de un centro de distribución de ayuda alimenticia a miembros de las fuerzas armadas manejado por la Asociación Cristiana de Jóvenes. “Pero no voy a mentirle, es algo muy duro”.
Los soldados rasos no solo ganan poco, sino que son trasladados a menudo, lo que hace que a sus esposas les cueste conseguir un trabajo estable. Por otro lado, la cultura interna de autosuficiencia de los militares los inhibe de hablar de sus dificultades.
El problema se ve exacerbado por una poco conocida norma del Departamento de Agricultura que impide a miles de soldados acceder al programa de cupones alimenticios del gobierno.
PASAN HAMBRE
“Es algo que la gente no sabe”, expresó el senador Tammy Duckworth, un demócrata que fue piloto de la Fuerza Aérea y perdió sus dos piernas al estrellarse su helicóptero en Irak. “Somos las fuerzas armadas más poderosas del mundo, pero muchos de nuestros soldados de las categorías más bajas, si están casados y tienen hijos, pasan hambre. ¿Cómo puedes enfocarte en tu misión y en defender nuestra democracia si no sabes si tus hijos van a poder cenar esta noche?
Meredith Knopp, CEO de un banco alimenticio de San Luis y quien sirvió en el Ejército, dijo que todas las ramas de las fuerzas armadas tienen este problema. Recuerda una ocasión en la que un soldado joven nuevo con un bebé le pidió ayuda.
“Estaban a punto de cortarle el servicio eléctrico porque no podía pagar”, relató. “Fue algo que no esperaba”.
‘Era algo de lo que no se hablaba’
- Maggie Meza, representante de Blue Star Families en San Diego, dice que los problemas económicos eran algo conocido por todos y generaba solidaridad entre las familias de los militares
- “Era como decir, ‘tu esposo es sargento, el mío es sargento. No tenemos un centavo. Busquemos cosas gratis’”
- Uno de los aspectos más extraños del problema es una misteriosa regulación del Departamento de Agricultura que impide a los militares recibir los cupones alimenticios a los que tiene acceso toda persona de bajos recursos
- El asunto es algo más que un problema humanitario. Afecta la seguridad nacional, según Josh Protas, vicepresidente de MAZON, una organización que ha investigado el tema de la pobreza en las fuerzas armadas
Brooklyn Pittman fotografiada en su auto luego de recibir ayuda alimenticia.