Franklin Anchahua limpió montañas de polvo en oficinas, apartamentos y hasta una parroquia en el bajo Manhattan durante semanas tras los ataques del 11 de septiembre.
Al principio trataba su acidez y su reflujo gástrico con hierbas que su madre le enviaba desde el Perú. Anchahua evitaba los hospitales que ayudaban a los trabajadores que limpiaron como él porque vivía ilegalmente en Estados Unidos y temía ser deportado.
Hasta que el malestar fue demasiado. “Sentía un ardor estomacal tremendo. Necesitaba un tratamiento médico, de un especialista. También tenia problemas de respiración,” dijo el peruano, quien finalmente ingresó al hospital Bellevue, en Manhattan, en 2011.
Tanto Anchahua como otros inmigrantes hispanos que limpiaron la zona que rodeaba a las Torres Gemelas han pedido un estatus legal migratorio en Estados Unidos desde hace años como compensación por el duro trabajo y los problemas de salud posteriores que sufrieron.