Impresionante cierre de campaña de AMLO; abarrotan simpatizantes el Estadio Azteca

Según cifras de Morena, el tabasqueño reunió a más de 100 mil personas en el estadio Azteca, en lo que se calificó como el AMLO Fest

CIUDAD DE MÉXICO.- El AMLO Fest ha sido luminoso, pleno de versatilidad y las gradas del Estadio Azteca han cantado con placer. Cayendo la noche llega Andrés Manuel López Obrador y recibe aclamaciones ensordecedoras. Poco más tarde, dirige su mensaje, amplio, detallado, de lo que emprenderá su gobierno y más que discurso de cierre de campaña lleva contenidos de toma de posesión. Las gradas se vacían en la oscuridad. La maldición del estadio, de gente que se va cuando el candidato habla, transcurre en la penumbra. Hasta las huestes de Iztapalapa se han disminuido. El óvalo de las gradas minuto a minuto pierde presencia de público brioso que ha aclamado a este político que ha llegado al cierre de su tercera campaña, tan distinta, que habla de Benito Juárez y Jesucristo, y que levanta las más sonoras aclamaciones cuando recuerda que va a eliminar las pensiones a ex presidentes. Dice que no va a haber represalias. Lleva 50 minutos de mensaje. Cala el frío. Brizna. Dice que se va a respetar la diversidad, pero el estadio tiene una reacción confusa. Parece que suena una suave rechifla. Ha dicho que dará de baja al Estado Mayor Presidencial, que no necesitará sus servicios. En tanto, un ejército de seguridad con playeras y chalecos de Morena ha sido dueño del estadio. Ha tenido el control de cada pulgada del recinto emblemático de Televisa. Al llegar el candidato, encapsulan a los periodistas y le niegan el paso de retorno a camarógrafos, fotógrafos y reporteros. Pero esos guardianes de Morena son burlados, porque los camarógrafos se saltan vallas para ir a continuar su trabajo. Cartel del AMLO Fest.  Eugenia León estrena una letra con la melodía de La Paloma, la que evoca a Juárez, pero con una narración de episodios espinosos de este sexenio, incluidos los de la Casa Blanca y Ayotzinapa. Con su interpretación, todo ha concluido. El político que ya terminó tres campañas presidenciales y ha dado a conocer hasta con detalles acciones de su gobierno ha sido el primero en alejarse de la crema y nata que estuvo en el escenario. Desde luego, sólo quedaron en la cancha periodistas a los que trabajadores del estadio corrían con imperativos dichos de que el estadio va a cerrar. Y vuelve este lugar a su exclusividad para deportistas y cantantes, luego de que en ausencia de López Obrador, ocupado por simpatizantes como no hubo antes con otro candidato presidencial, en las gradas se hacían olas. Este movimiento del público genera una descarga de energía que toca hasta al más indiferente. Ovaciones de: ¡Presidente! ¡Presidente!, se escuchaban una y otra vez, se combinaban con la ya clásica de: ¡Es un honor estar con Obrador, que es así como El Credo de los lopezobradoristas. Al entrar a la cancha con su esposa, Beatriz Gutiérrez Müeller, la ovación de sus seguidores marcó el inicio de un clímax breve. Su paseo hacia el escenario no tuvo pausas y ya arriba pidió a la cantante Belinda que se quedara con los suyos en el escenario, donde ella había dado la parte estelar del AMLO Fest, pletórico de artistas, calidad técnica de puesta en escena y efectos de espectáculo. Hasta animadores de La Ke Buena hubo. La candidata a jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, dio un discurso, fue aplaudida y ovacionada con calor, por esas gradas ingratas que abuchearon en su día a Gustavo Díaz Ordaz y a Miguel de la Madrid, quienes no tuvieron de otra que presentarse a los dos mundiales que ha organizado México. Este es público, más que amigo, fan, y ya durante el mensaje de la científica —así suele citarse en este mundo político de licenciados e ingenieros— la gente empieza a irse. Ya es de noche y sólo hay luces encendidas en el escenario. Sheinbaum se estremece al decir que para ella es un honor, un orgullo, presentar al próximo Presidente de México. Es el momento culminante de un festival nunca imaginado en el Estadio Azteca, la catedral de un espectáculo que repudió la izquierda cuando no ganaba elecciones. Belinda, una cantante muy versátil, que se caracteriza muchas veces, con actos de magia verdadera, avisó que daría una sorpresa y presentó a un colega, el cantante Espinosa Paz. Sacudieron el lugar y lo dejarían a punto para que los lopezobradoristas recibieran a su candidato presidencial. Los acordes de una de las canciones de Espinosa Paz —prometo no llorar, para que pase desapercibida mi tristeza—, unieron al público que ocupaba casi la totalidad de las gradas y gran parte de la cancha. Este virtual lleno total es una marca del AMLO Fest, que también tuvo en su variedad de actos a la Banda Sinfónica de Tlaxiaco, Margarita La Diosa de la Cumbia, Susana Harp y Los Jaraneros. Mientras cantaban y tocaban, en grandes pantallas aparecían imágenes de López Obrador en campaña. Unos grandes retratos del candidato rejuvenecido con el toque de Photoshop colgaban en el centro de la cancha de unas estructuras metálicas. El clima fue benigno. Hasta que se iba el candidato una brizna avisó lo que venía, una intensa tormenta. Poca cosa al lado de lo que anuncia López Obrador. Ha advertido que viene una transformación de México, radical, como lo fue la Revolución, esta con métodos pacíficos. Aquí acabó el periplo de 18 años de un político que ha soñado ser Presidente de la República y el domingo verá su suerte. Construiré una democracia, no una dictadura, dice AMLO Al concluir su tercera campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, vislumbró que el partido conservador perderá las elecciones y aseguro que con el triunfo de su movimiento, el cual dijo que es uno de los más importantes del mundo, comenzará a construir una auténtica democracia y no una dictadura. Según cifras de Morena, el tabasqueño reunió a más de 100 mil personas en el estadio Azteca, en lo que se calificó como el AMLO Fest. Después de la participación de varios artistas, entre ellos Belinda y Espinosa Paz, el candidato de Morena-PES-PT adelantó que, de ganar los comicios, en su gobierno no habrá represalias y buscará la unidad y la concordia. Vamos por el cambio, por el camino de la concordia. México somos todos. Vamos a construir una sociedad más justa, igualitaria, democrática. Construir en México el reino de la justicia, que podamos construir una República amorosa, fraterna, aseguró. Arropado por los líderes nacionales del PES, Hugo Eric Flores, y del PT, Alberto Anaya, así como por los candidatos a las nueve gubernaturas, afirmó que sus opositores siempre tendrán respeto y nunca los verá como enemigos. En el último día de campaña, también acompañado de sus cuatro hijos y su esposa Beatriz Gutiérrez, López Obrador lanzó un llamado a sus simpatizantes a salir a votar de manera masiva y no confiarse, además de cuidar las casillas. Nada de confiarnos, estamos a más de 20 puntos arriba. Que sea un voto masivo por la transformación de México. Que llamen a sus amigos y vecinos. Que nadie se quede sin votar, exhortó. El tres veces candidato presidencial afirmó que el ánimo de la gente y las encuestas indican que ganará las elecciones del próximo domingo, pero él votará, a manera de homenaje, por Rosario Ibarra de Piedra. El tabasqueño dedicó su último mensaje como candidato presidencial a luchadores sociales, incluidos los del movimiento estudiantil de 1968, así como a dirigentes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. Aseguró que su movimiento se dedicó a cambiar la mentalidad de la gente y a dar a conocer que PRI y PAN representan lo mismo, el PRIAN. La gente es más consciente de la existencia de un pequeño grupo que controla las instituciones y de su desmedida ambición y avaricia, dijo. Internalizar (sic) esas ideas en el pueblo ha sido lo más importante de nuestro movimiento, expuso. Incluso dijo que es el candidato de más edad, pero los jóvenes con su imaginación, su rebeldía, su talento y frescura saben que nosotros representamos lo nuevo. La victoria del domingo se ha ido concretando con la abnegación de muchos; no surge de repente, brota del malestar que provocó el antiguo régimen autoritario de los últimos tiempos y ese régimen corrupto está llegando a su fin, aseveró. Dijo que en esta tercera campaña todo ha sido posible por la perseverancia, la terquedad, por no claudicar, por no vendernos, por caer y levantarnos, y volver a caer y volver a levantarnos hasta conseguir lo que pronto [llegará], la transformación de México. Sostuvo que de ganar la Presidencia habrá atención especial en el nombramiento del fiscal general, para que sea incorruptible, imparcial y recto, pues la voluntad política del próximo presidente estará empeñada en acabar con la corrupción. López Obrador indicó que actuará con eficacia para combatir a la llamada delincuencia organizada. Asimismo, sólo tendrán escoltas quienes trabajen en tareas de seguridad, y en pocos casos habrá secretarios particulares y asesores. Más temprano, en un cierre realizado en Chiapas, afirmó que esta será la última campaña de su vida. Y en su natal Tabasco adelantó que va a tabasqueñizar al país, es decir, seguirá el ejemplo del ex mandatario Francisco J. Mujica, que dejó finanzas sanas en su estado. También cierra Sheinbaum. Al cerrar campaña junto al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, la aspirante de Morena, PT y PES a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que de ganar la elección acabará con la corrupción para rescatar la ciudad de la esperanza y sostuvo que no vamos a defraudar a los capitalinos. Cerca de las 20:50 horas, sin mayor presentación y en primer plano junto a Beatriz Gutiérrez, esposa de Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum tomó la palabra para ofrecer su mensaje.