Gesta su obra a fuego lento

Ciudad de México.- Si se le compara con la historia del Universo, desde que se dio el Big Bang, la obra La Desobediencia de Marte nació en menos de un pestañeo. Pero, para la pluma del hombre, específicamente la de Juan Villoro, fue un lapso más que considerable. “En términos astronómicos (la escritura) fue muy veloz porque tardé 35 años, desde la primera idea, pero en términos humanos obviamente fue muy lento. “En 1982 leí un libro maravilloso de Arthur Koestler, que trata de la conquista intelectual del cielo, desde los primeros hombres que trataron de descifrar el enigma del cosmos hasta nuestros días”, compartió el escritor, al llegar a la función en el Centro Cultural Helénico. De ese texto nació el interés del autor por el encuentro entre Tycho Brahe y Johannes Kepler, el cual da pie al montaje protagonizado por José María de Tavira y Joaquín Cosío. “Eran dos personas que se necesitaban y al mismo tiempo recelaban la una de la otra. “Uno tenía los datos para ver las estrellas, era el mejor observador de su tiempo, Tycho Brahe, y el otro tenía la mejor mente para interpretarlas”, contó Villoro. Otra figura de las letras, Elena Poniatowska, acudió también a la cita, y de inmediato dio a Villoro un fraternal abrazo apenas la vio en la alfombra roja. También asistieron los actores Adriana Llabrés, Roberto Sosa, José Sefami y Jesús Ochoa.