BEIRUT — La falla eléctrica dejó al descubierto las múltiples crisis que atraviesa la pequeña nación mediterránea en medio de una debacle económica sin precedentes, que incluye una escasez de combustible que ha paralizado al país.
Sin embargo, el gobierno del primer ministro Najib Mikati, el cual se conformó a principios de este mes luego de más de un año de negociaciones políticas mientras empeoraba la crisis, obtuvo los votos de la mayoría de los miembros del Parlamento que estuvieron presentes en la legislatura de 128 integrantes.
La votación despeja el camino para que el gabinete intente afrontar la devastadora crisis económica y financiera del país, la cual ha empobrecido a más de la mitad de la población en cuestión de meses, dejando la moneda nacional en caída libre y disparando la inflación a niveles nunca antes vistos.
“Desde el corazón del sufrimiento de Beirut... nuestro gobierno ha emergido para encender una luz en esta oscuridad”, dijo Mikati en un discurso a los legisladores.
Mikati se comprometió a trabajar de inmediato para frenar el colapso y atenuar el sufrimiento diario de los libaneses.
“Lo que sucedió hoy aquí con la falla eléctrica no es nada en comparación con lo que el pueblo libanés ha padecido durante meses”, dijo Mikati.
Mientras leía el comunicado de políticas gubernamentales, Mikati fue interrumpido por el presidente del Parlamento Nabih Berri, quien le pidió que obviara algunas partes porque no sabían cuánto tiempo más contarían con servicio eléctrico.
Los libaneses han estado viviendo con apagones y una severa escasez de gasolina, diésel y medicamentos durante varios meses, lo que ha obligado a los hospitales a reducir sus operaciones, dejando a las escuelas en riesgo de cerrar. A diario los conductores hacen filas de varias calles para poder llenar los tanques de gasolina en todo el país.