Fervor hecho vestidos

En el corazón del pueblo, dentro de la Parroquia de Santa María Magdalena, está la prueba de la profunda devoción hacia la patrona de Xico: el Museo de los Vestidos.Único en su género, de acuerdo con los xiqueños, este recinto resguarda más de 950 ajuares que durante décadas los creyentes han regalado a la imagen en agradecimiento por algún favor concedido.Al atravesar la puerta, lo primero que sorprende es el colorido. Eso y que ninguno de los vestidos de la santa están en vitrinas. Ni el más antiguo, de color verde con blanco, que se exhibe doblado casi a la entrada y que fue pagado por el pueblo en 1898, año en que se estrenó el servicio de tren en la comunidad.Yo creo que ella intercede por su ropa, porque no les ponemos nada, cuenta doña Virginia Cuevas, quien hace 12 años da servicio en el museo, sobre el cuidado que se da a la prendas. Lo único que hacemos es sacudirlos del polvo, mandarlos a la tintorería o lavarlos en casa.Originaria de Xico, Virginia es una de las tantas personas que han regalado vestidos a la santa: el primero, porque uno de sus hijos consiguió trabajo de vuelta en el pueblo; el segundo, porque su esposo se recuperó de una enfermedad sin necesidad de cirugía y uno más porque, tras rogarle llena de angustia, logró sacarle a su hijo más pequeño una moneda que tenía atorada en la garganta y que lo estaba ahogando.Julio es el mes de las fiestas patronales en Xico, que comenzaron el día tres con el obsequio del primer vestido y llegarán a su punto climático el 22, cuando se canten Las Mañanitas a la santa, poco antes del amanecer.La tradición del regalo comenzó porque la imagen no tiene una prenda permanente y con el paso del tiempo la que porta se maltrata. Originalmente se le daba uno por año y a partir de la década de los 70 comenzaron a obsequiarle uno cada día del mes. El museo para exhibir la colección permanentemente se abrió en 1995.Con los años, la costumbre se ha sobrepasado los límites de Xico y entre los vestidos hay regalos de Oaxaca, Michoacán o el Estado de México, entre otros lugares. Los precios varían, pero hay prendas modestas y de hasta de varios miles de pesos.Lo demás es opcional, alguna gente le puede regalar unos aretes, un perfume, una cabellera y también, muy importante, el 19 de julio se le regala un dosel o trono para que se luzca, explica Heriberto Mávil, guía de turistas de Xico. Este día la patrona encabeza una procesión nocturna sobre un tapete de aserrín pintado, elaborado para cubrir 10 cuadras a lo largo de la calle Miguel Hidalgo, la vía principal del pueblo situado a menos de una hora en auto al suroeste de Xalapa y a menos de 20 minutos de Coatepec.Precisamente esta calle es la ideal para surtirse de las ricuras típicas antes de seguir puebleando por el centro de Veracruz.En las compras no debe faltar pasta de mole -muy famoso en la zona-, pan horneado a la leña y algunas botellas de licores, especialmente el verde de Xico, popular durante las fiestas y elaborado con zacate de limón, hinojo, anís, hojas de lima, naranjo y limón, entre otros ingredientes.