WASHINGTON — J. Thomas Manger, que hasta hace poco fue jefe de policía durante 15 años en el condado Montgomery, Maryland, fue elegido luego de una intensa búsqueda, de acuerdo con cuatro personas al tanto del proceso. Las fuentes no estaban autorizadas a hablar del nombramiento y no dieron su nombre a The Associated Press en apego a las normas.
El nombramiento se conoce mientras la Policía del Capitolio y otras agencias del orden buscan la mejor forma de resguardar la sede del Congreso y la dirección que tomará la fuerza de 2.300 persona, una combinación de agencia de seguridad nacional y departamento local de policía.
El departamento ha pedido más financiamiento para contratar a más policías y tener mejor equipamiento antimotines. Mientras tanto, la enorme reja que rodeaba los terrenos fue quitada hace algunas semanas.
Manger fue jefe policial del condado Montgomery, a las afueras de Washington, de 2004 a 2019. Antes de eso, encabezó el departamento de policía del condado Fairfax, en Virginia, puestos que lo han vuelto un rostro familiar entre los círculos policiales de Washington y en el Capitolio.
El 6 de enero, una turba empuñando tubos, tablones, pistolas paralizantes y spray contra osos atacó a los policías del Capitolio, que se vieron totalmente superados en número y se vieron obligados a valerse por sí mismos sin una comunicación adecuada y sin liderazgo claro. Los oficiales no estaban seguros de cuándo podían usar fuerza letal, no habían cerrado adecuadamente el edificio y se les podía escuchar haciendo frenéticas llamadas de radio para pedir refuerzos mientras los alborotadores los tiraban al suelo y los golpeaban, y algunos quedando ensangrentados.
Un panel de la Cámara de Representantes está investigando la insurrección y los errores cometidos por la Policía del Capitolio y otras fuerzas del orden. El panel anunció el lunes que cuatro agentes de policía, incluidos dos policías del Capitolio, testificarán sobre sus experiencias en la primera audiencia del comité el 27 de julio.
Siete personas murieron durante y después de los disturbios, incluida una mujer que fue asesinada a tiros por la policía cuando intentaba irrumpir en la sala de la cámara baja y otros tres partidarios de Trump que sufrieron emergencias médicas. Dos policías se suicidaron en los días siguientes.