Exhiben los catalanes su devoción independentista

Conmemoran el primer aniversario de movimiento

San Julián de Ramis, España Activistas a favor de la independencia de Cataluña bloquearon el lunes algunas de las principales líneas ferroviarias, los estudiantes faltaron a clases y los partidarios de la secesión marcharon en grandes números para conmemorar el primer aniversario de un referendo independentista.  La marcha vespertina en Barcelona, la capital de la región nororiental de España, atrajo a decenas de miles de personas -180.000 según un cálculo de la policía local- y coronó un día de gran actividad y manifestaciones en su mayoría no violentas.  El primer aniversario estuvo marcado por un fracturado movimiento por la independencia catalana, en medio de un tibio diálogo con el gobierno central socialista.  El referendo del 1 de octubre de 2017, que fue declarado ilegal por las cortes españolas, fue interrumpido por la policía española y no logró su objetivo de producir un Estado catalán independiente. Para muchos catalanes, el voto se ha convertido en el símbolo de su larga lucha por la autodeterminación.  Como parte de las actividades por el primer aniversario en la región, los activistas bloquearon carreteras y otras importantes rutas de transportación, mientras que estudiantes universitarios y de secundaria se ausentaron de las clases y dieron discursos emotivos en protestas masivas.  Miles de estudiantes caminaron atrás de una enorme pancarta que decía “No olvidamos, no perdonamos”.  Gritaron “Libertad para los presos políticos”, en referencia a los líderes separatistas que llevan casi un año detenidos a la espera de su juicio por rebelión y otros cargos.  María Vila, una manifestante que colocaba etiquetas con la frase “República bajo construcción” en la avenida principal de Barcelona, dijo que quería destacar la violencia ocurrida el año pasado y exigir que hubiera más avances en el proceso de secesión.  “El gobierno catalán no ha hecho gran cosa y estamos decididos a que se haga la República Catalana de alguna forma. Y si no, que se haga un referendo legal”, comentó a The Associated Press.  En tanto, miembros del gobierno regional y otras autoridades volvieron a San Julián de Ramis, la ciudad norteña que se ha convertido en un lugar simbólico para los separatistas catalanes debido a que hace un año la policía irrumpió en una escuela local para evitar que las personas votaran en el referendo.  Carles Puigdemont, el presidente de Cataluña en ese momento, tenía previsto votar en el lugar, pero tuvo que buscar una urna alternativa después de que la policía antimotines ingresó por la fuerza a la escuela para confiscar las urnas, y utilizó porras para dispersar a los votantes que se rehusaron a marcharse.  Los incidentes fueron transmitidos en vivo y causaron presión en el gobierno central español, en ese entonces en poder de los conservadores. Los separatistas clamaron victoria a favor de la independencia en las votaciones pese a que fueron declaradas ilegales, a la violencia policial y a la falta de supervisión estándar.  En un breve discurso, el actual presidente de Cataluña Quim Torra pidió a los simpatizantes reunirse a las afueras de la escuela de San Julián de Ramis para recordar las lecciones del referendo y continuar con los esfuerzos para independizarse de España.