WASHINGTON, EU.— El plan del gobierno de Joe Biden de aplicar dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 a la mayoría de la población enfrenta su primer obstáculo serio, cuando un panel asesor se reúne para decidir si recomienda dosis adicionales de la vacuna de Pfizer.
Científicos dentro y fuera del gobierno no se han puesto de acuerdo sobre si es necesaria la dosis de refuerzo y quién debe recibirla, mientras que la Organización Mundial de la Salud objeta enérgicamente que los países ricos apliquen la tercera dosis en momentos en que los más pobres del planeta no han podido aplicar la primera inyección a toda su población.
En tanto, la variante delta sigue elevando los casos y muertes en Estados Unidos a niveles que no se veían desde el invierno boreal pasado. De ahí la urgencia con que las autoridades de salud buscan elevar la protección de a gente.
El panel integrado por expertos independientes que asesoran a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) ponderan una alternativa de solución difícil: las investigaciones indican que los niveles de inmunidad de los vacunados disminuyen con el tiempo y que una dosis de refuerzo puede revertir eso. La vacuna de Pfizer brinda una fuerte protección contra la enfermedad grave y la muerte, incluso contra la agresiva variante delta.
Los expertos de la FDA deben votar sobre la respuesta a una pregunta fundamental: ¿demuestran las pruebas que una dosis de refuerzo de Pfizer es segura y eficaz para mayores de 16 años? Si la respuesta es sí, la FDA previsiblemente aprobará las dosis de refuerzo, pero ése es apenas un paso en el proceso.
La pregunta más problemática de quién debe recibir el refuerzo y cuándo será tema del debate de los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) la semana próxima. Los CDC generalmente siguen las recomendaciones del grupo, que determina la orientación de las campañas de vacunación.
Algunos miembros del grupo han dicho claramente que están a favor de aplicar la tercera dosis a personas mayores, residentes de asilos para ancianos y personal sanitario que trabaja en el frente contra la pandemia, en lugar de todos los adultos.
La FDA y los CDC deberán decidir por separado si las personas que recibieron las vacunas de Moderna o J&J requieren dosis de refuerzo.