Pero la lucha aún no acaba porque, si bien esa cantidad de calentamiento puede ser inevitable, puede postergarse durante siglos si el mundo deja de emitir pronto más gases de efecto invernadero por la quema de carbón, petróleo y gas natural, señalaron los autores del estudio.
Durante décadas, los científicos han hablado sobre el llamado calentamiento comprometido, o el aumento de la temperatura futura basado en las emisiones de dióxido de carbono pasadas que permanecen en la atmósfera durante más de un siglo. Es como la distancia que aún recorre un automóvil en marcha después de pisar el freno.
Pero el estudio publicado en la revista Nature Climate Change calcula eso un poco distinto y ahora estima que la contaminación con carbono que ya está en el aire elevará las temperaturas globales en unos 2,3 grados Celsius (4,1 grados Fahrenheit) respecto a la época preindustrial.
Estimados anteriores, incluidos aquellos aceptados por paneles de ciencia internacionales, eran de aproximadamente un grado Celsius (1,8 grados Fahrenheit) menos que esa cantidad de calentamiento comprometido.
Los acuerdos climáticos internacionales fijan objetivos de limitar el calentamiento a 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit) respecto a la época preindustrial, y el objetivo más ambicioso de limitarlo a 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) fue incluido en París en 2015. El mundo ya se ha calentado 1,1 grados Celsius (2 grados Fahrenheit).
“Tenemos una cierta... inercia de calentamiento global que va a causar que el sistema climático siga calentándose, y eso es esencialmente lo que estamos calculando”, dijo el coautor del estudio, Andrew Dessler, climatólogo de la Universidad Texas A&M. “Piensen en el sistema climático como si fuera el Titanic. Es difícil hacer que el barco vire cuando ves los icebergs”.
Dessler y sus colegas en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore y en la Universidad de Nanjing, en China, calcularon el calentamiento comprometido teniendo en cuenta que el mundo se ha calentado a diferentes ritmos en distintos lugares, y que los sitios que no se han calentado tan rápido están destinados a emparejarse.
Estudios anteriores estaban basados en que los sitios más fríos se quedaran así, pero Dessler y sus colegas señalaron que eso era poco probable.
Expertos externos dijeron que el estudio se basa en un razonamiento convincente, pero que se necesita una mayor investigación para mostrar que eso es cierto.