Gastroturismo, ecoturismo, turismo cultural y sostenible son algunas de las tendencias que los viajeros pueden practicar en los cuatro Pueblos Mágicos de Yucatán.
Este cuarteto conformado por Izamal, Maní, Sisal y Valladolid seduce con una nutrida oferta turística. Cada visitante tiene la oportunidad de trazar una ruta en la que no falten conventos, cenotes, plazas, parques, así como parajes culturales, naturales y gastronómicos.
Vestida de amarillo ocre, Izamal, también llamada la ‘Ciudad de las Tres Culturas’, invita a pasear por sus calles a bordo de una calesa, para luego admirar el convento de San Antonio de Padua que los misioneros franciscanos construyeron sobre las ruinas de un adoratorio prehispánico y cuyo atrio está flanqueado por 75 arcos.
BELLAS POSTALESEsta población enamora a los viajeros y cada esquina se convierte en el spot ideal para obtener bellas postales. Además, es hogar de una gastronomía exquisita. Nadie debe perderse de visitar a Georgina Pech, cocinera tradicional y mayora del restaurante Kinich, considerado por los sibaritas como uno de los templos culinarios de Yucatán.
Quienes desean andar por un sitio, en el que parece que el tiempo se detuvo, deben ir a Maní. Ahí destacan el ex convento de San Miguel Arcángel, en lo cultural, y una delicia asada al carbón llamada Poc Chuc, en lo culinario. En esta comunidad aún se pueden palpar usos y costumbres mayas que conservan tanto los recursos culturales como naturales de la región.
Maní pertenece a la lista Best Tourism Villages, que elige la Organización Mundial del Turismo (OMT) con los sitios que tienen prácticas de turismo sustentable. Por ejemplo, en este poblado es posible experimentar los rituales mayas para obtener un producto que los lugareños consideran sagrado: la miel melipona. Los viajeros pueden observar algunas de las ceremonias rituales bajo la guía de las ‘Guardianas de la melipona’; por cierto, esta es una de las 365 experiencias que ofrece Yucatán a los viajeros.
- Maní, ahí destaca el exconvento de San Miguel Arcángel.