Get Back, el aclamado documental de Peter Jackson, sirvió, fundamentalmente, para que los fans de The Beatles suspiraran de alivio al constatar que entre John Lennon y Paul McCartney, polos creativos del grupo, reinaban la magia y la buena química en el estudio de grabación. Las versiones de enemistad, de amarga tensión, se desvanecían así medio siglo después.
Más que eso, a Julian Lennon, primogénito de John -a quien el ídolo, absorto en su romance con Yoko Ono, dejó cuando tenía 5 años-, le reconectó emocionalmente, sin obviar su fría y agridulce relación con el autor de "Imagine".
"(El filme) Me hizo recordar cómo solía ser mi padre. Lo único que sentí al respecto fue enamorarme de él de nuevo como persona, artista, músico, (hasta) comediante. Me cambió un poco la perspectiva sobre él; me recordó cómo era cuando fui niño", cuenta el también músico, de 59 años, en videoentrevista exclusiva.
Julian, quien próximamente lanzará su séptimo disco, Jude, creció distanciado del líder moral del cuarteto de Liverpool, con quien se reencontró algunas veces de pequeño e incluso lo acompañó en el álbum Walls and Bridges (1974). Tenía 17 años cuando John fue asesinado.
Reconoce tener sensaciones encontradas con el himno "Hey Jude", escrito por su "Tío Paul", como le dice de cariño a Macca por su fuerte presencia vital. La letra inmortalizó un mensaje estimulante en la difícil situación del pequeño que John tuvo con Cynthia, su primera esposa.
"Aprecio 'Hey Jude', pero también tengo una relación de amor-odio con ella: me da fortaleza, coraje, por eso mi disco se titula Jude. Me hace sentir vivo, me trae recuerdos de mi vida. Eso es lo relevante.
"Lo otro, que poca gente sabe, es que cuando la escucho, y quizás lo he hecho más veces que cualquiera en el planeta, viene un duro recordatorio de 'esto es cuando papá se marchó y dejó sola a mi mamá, de que tuvimos que salir adelante nosotros dos'. Es una canción triste, me recuerda que las dificultades llegaron con la separación de mis padres, pero también estoy agradecido (por el tema)".
También destacado fotógrafo y activista medioambiental, Julian estrenó dos sencillos que rubrican su vuelta a la escena musical: "Freedom", con tintes de balada, y el rítmico "Every Little Moment", cercano a la etapa de su hit "Too Late for Goodbyes" (1984), pues lo compuso hace 30 años.
"No lo decidí (sacar un disco nuevo). Estos difíciles tiempos vinieron mientras estaba en el proceso de hacer varias canciones. 'Every' fue escrita y grabada inicialmente hace 30 años. Lo triste es que esos mismos sentimientos son válidos hoy. Encontré viejas cintas, sabía que la canción aún era buena. Adoraba el tema, que no encajaba en mis discos previos, y actualicé la producción con nueva percusión y coros.
"Tengo el álbum terminado desde hace un año, estoy en la etapa de posproducirlo y entregarlo. Me preocupaba que 'Every' fuese malinterpretada, pero, al contrario, la gente quiere esperanza, paz. A nadie le gusta lo que pasa hoy, obviamente, con el mayor foco en la invasión de Rusia a Ucrania. Este material saldrá en todo el mundo y pondré mi granito de arena donde pueda", explica Julian con un tono cálidamente enfático, mediante gesticulaciones y ademanes que resaltan su abierta personalidad.
Señalando su corazón y su cabeza, expone de dónde provienen sus 11 nuevas canciones, que le darán forma a Jude.
"Trabajé en varias ideas (en la pandemia), salió material como para un disco, el mandamás de BMG me convenció y dije '¿por qué no?'. Todo surgió viéndome al espejo interior, mi propósito de cantarle a la paz hizo sentido, el balance en mi vida, lo que enfrenta el mundo, pero realmente es lo que está aquí (corazón y mente)".
Una gira no es prioritaria. Puede esperar, quizás, hasta 2023. La agenda está llena: encabeza The White Feather Foundation, en pro de causas ecológicas y humanitarias.
Produce documentales como Kiss the Ground (Netflix), sobre agricultura sustentable. Viaja, ayuda, es un agente de cambio.
"Este es un mundo muy incierto. Mucha gente saca música y hace una gira inmediata, va a grandes festivales, pero para mí es muy pronto: acabamos de pasar una pandemia y quiero ser precavido.
"Antes de salir de nuevo, me gustaría sentir que el mundo es un lugar más seguro. Muchas bandas en tour incluso tienen que estar en una burbuja (protectora), y una gira es libertad, diversión, disfrute. Ahora no veo eso para mí. Me dediqué a la música por 20-30 años, pero hoy tengo más pasiones: fotografía, filantropía, escritura Soy ambiciosamente inquieto como para enfocarme en una sola cosa. Pero cuando llegue, espero un tour formal. Me encantaría recorrer México y EU, algo que nunca, por alguna razón, ha sucedido. Posiblemente por un mal management (ríe)".
Sudó con 'Imagine'
Julian Lennon siempre estuvo identificado con "Imagine", pero para versionar el himno pacifista por excelencia escrito por su padre en 1971 debería haber una muy buena causa.
Por desgracia, el destino así lo quiso: Rusia invade Ucrania desde febrero y las víctimas y desplazados se cuentan por millones.
Llamó a su amigo Nuno Bettencourt, guitarrista de Extreme, y grabaron el tema para donar las regalías a los refugiados.
"Nunca dije que no la cantaría, sino que debía ser en el momento adecuado. Estaba Global Citizen y me preguntaba cómo contribuir de la manera más grande. Me dije 'debo cantar 'Imagine'', pero me quedé petrificado, ansioso, ¿cómo voy a honrar esta canción?
"Sentí que debía hacerla lo más cruda posible, simple. No al piano porque así es muy reconocible. Nuno y yo nos entendimos, ya habíamos hecho 'Karma Police'.
Agarró la guitarra, nunca había tocado el tema, y en dos tomas lo grabamos tan orgánicamente como pudimos. Me siento liberado. Es la canción que más me ha hecho sudar", gesticula Julian, soplando.