Luces apagadas, celulares en silencio y atención por completo a la gran pantalla, era la etiqueta obligada en las salas de cine para ver un filme, pero desde la llegada de los documentales o conciertos musicales la realidad es otra.
Transmisiones en directo, gritos, cantos y bailes son la constante actual con proyecciones como "BTS Yet To Come" (2022), que fue de los primeros en generar interés masivo y ganancias de alto rango para creadores, productores y exhibidores en México, y "Taylor Swift: The Eras Tour" (2023), fenómeno que reafirmó que la música también es negocio para el cine y una forma distinta de aproximarse a los fans. Un buen negocio para diversificar la industria fílmica rentable para creadores y exhibidores.