¿Qué pasa cuando los actores interpretan a un narcotraficante y su trabajo es tan convincente que hasta los mismos mafiosos reales, se les acercan para invitarlos a convivir con ellos?
Joaquín Cosío, el “Cochiloco” de “El infierno” y Mauricio Ochmann, protagonista de “El Chema”, lo han experimentado y el susto nadie se los quita.
Aquí te presentamos lo que les ha ocurrido a algunos de ellos, incluido el tener que luchar para no ser encajonados en ese tipo de papeles.
JOAQUÍN COSÍOEn 2015, el actor de “Matandos Cabos” y “Pastorela” relató algo que le ocurrió en Fresnillo, Zacatecas y que por fortuna no pasó a mayores, pues algunos amigos le ayudaron a salir de ello.
“Hay gente que me ha dicho: ‘me dedico al negocio e igual mi familia, pero te saludamos’. Una vez alguien en Fresnillo me dijo: “nosotros somos los de a deveras y te invitamos a una fiesta”, yo decía que no podía y ellos me agarraban y jalaban, por fortuna unos amigos me ayudaron a salir”, contó.
Otra cosa que le ocurre es que sus fans, a veces, le hacen la extraña petición de saludarlos pero con la voz del “Cochiloco” y le piden que los maldiga, pues se les hace divertido.
MAURICIO OCHMANNAl actor lo llegaron a interceptar en una carretera. Iba camino a un evento cuando, en una gasolinera, alguien se acercó a su ventana y le dijo rápido: “el patrón lo quiere conocer”.
Llevaba apenas unos pasos cuando llegaron varias camionetas, de una de las cuales descendió un hombre que le llamó por el nombre del personaje y le pidió un abrazo. Y ya.
Cuando Ochmann buscó vía internet con quien se había topado, se dio cuenta que era alguien pesado. A esa persona lo asesinaron meses después.
“Imagínate que esa disputa se hubiera dado ese día. Hay cosas que te cimbran y pues nada, es nuestra realidad”, dijo en una entrevista con Jordi Rosado.