Zaragoza, España
La Princesa Leonor ha sido honrada con las Medallas de Aragón y de las Cortes de Aragón, así como el título de Hija Adoptiva de Zaragoza, en una emotiva ceremonia donde expresó sentirse “en casa, acogida y acompañada” gracias al “respeto y la amabilidad de los aragoneses”.
La Princesa de Asturias asistió el martes a estos actos institucionales, los primeros en los que participa en solitario desde que alcanzó la mayoría de edad.
LUCE UNIFORME MILITARLuciendo el uniforme de cadete y el toisón de oro sobre su corbata, Leonor recibió estos reconocimientos durante su estancia en la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, donde cursa sus estudios militares, siguiendo los pasos de su padre, el Rey Felipe VI, quien recibió la Medalla de Aragón en 1989 y los otros reconocimientos en 1986.
“Les puedo decir que lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace 10 meses”, señaló Leonor tras recibir la Medalla de Aragón en la Catedral de San Salvador.
PRESENTESEl evento contó con la presencia de destacadas autoridades, incluyendo el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón; la presidenta de las Cortes, Marta Fernández; la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca; la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán. También asistieron ex presidentes autonómicos y representantes de varios partidos políticos.
El acto más solemne tuvo lugar en la Catedral del Salvador, conocida como la Seo, que comenzó con la interpretación de la Marcha de los Reyes de Aragón mientras entraba su Alteza. La ceremonia continuó con el Himno de Aragón y finalizó con el Himno Nacional tras los discursos de la Princesa y del presidente autonómico.
ENTUSIASMADALa Princesa Leonor destacó su entusiasmo y ganas de seguir aprender en la AGM, afirmando que quedan “sólo cinco semanas para que me vaya, para que reciba mi despacho de alférez, y ya empiezo a echaros de menos”. Expresó su agradecimiento por la formación recibida y su admiración por el Ejército de Tierra y las Fuerzas Armadas.
“Lo que vivimos mientras nos formamos en la Academia nos une para siempre y nos hace madurar y crecer gracias al compañerismo, a la guía de mandos y profesores y a todas las personas que nos impulsan para seguir avanzando y mejorando”, afirmó Leonor.