Con la muerte de Silvia Pinal se cierra una época; se trataba de las últimas divas de la Época de Oro del cine mexicano, una artista que además de brillar en el cine y la televisión, también lo hizo en el teatro. En todos los escenarios brilló con talento, gracias y belleza; por fortuna, aún quedan algunas del espectáculo.
MARÍA VICTORIAEl sueño de su juventud fue convertirse en una diseñadora de alta costura, siguiendo los pasos de su padre Leovigildo Gutiérrez Peña, que era sastre, pero la vida le tenía deparado un destino mucho más brillante a María Victoria, quien comenzó sus pasos por el medio artístico en las carpas, donde la convencieron que subiera al escenario a cantar; aunque ella decía que no lo hacía tan bien, así comenzó a viajar por todo el país en las famosas caravanas.
Su espectacular figura y entallados vestuarios la hicieron resaltar entre otras intérpretes, haciendo que a su llegada a la Ciudad de México se le abrieran las puertas de lugares como Teatro-Salón Margo, hoy Teatro Blanquita, o el Teatro Follies Bergere, convirténdose en una gran estrella gracias a su estilo de cantar, sensual y lento, haciendo éxito canciones como "Estoy tan enamorada", "Cuidadito", "Mil besos", entre otras, grabando más de 500 melodías en una época en que se hacían en una toma y con orquesta en vivo.
Debutó en el cine con el film "Canto de las Américas" (1942), pero después de 16 películas en su haber, llegó por fin la historia que le daría el rumbo y tono a su carrera "Los paquetes de Paquita" (1954), donde interpretó a la avispada empleada doméstica que enamoraba a todo mundo, personaje que posteriormente se transformó en Inocencia Escarabarzaleta Dávalos Pandeada Derecha, en el programa de 1970 "La criada bien criada", donde alternó con Alfonso Zayas y Joaquín García Vargas "Borolas", y que duró 15 años al aire.
Una de sus últimas actuaciones en teatro fue en 2010 en la puesta en escena "Perfume de gardenias", donde también coincidió con una de sus contemporáneas, Yolanda Montes "Tongolele"; ambas demostraron que su belleza se conserva, a pesar del paso del tiempo.
IRMA DORANTESInició su carrera artística siendo una niña, ya que su madre Graciela Martínez Dorantes estaba empeñada en que fuera actriz, así que la llevó a audicionar para el grupo de teatro infantil del Palacio de Bellas Artes, al cual logró entrar y fue ahí donde surgió la oportunidad de hacer una pequeña participación en la película "Los tres huastecos" (1948), la cual significó su debut en cine y el primer encuentro con el que sería en un futuro su esposo, Pedro Infante.
Películas como "No desearás la mujer de tu hijo" (1949), "También de dolor se canta" (1950), "Mamá nos quita los novios" (1952), "La bestia magnífica" (1952), por mencionar algunas, ya se contaban en su historia, cuando se retira del cine a petición de Pedro Infante, con quien contrae matrimonio en 1953, porque quería que se dedicara a su familia y su hogar, donde procrearon a su única hija, Irma Infante; pero en 1957 se vio en la necesidad de retomar su carrera porque debido a la trágica muerte de Pedro se había quedado sin sustento, días de antes de este suceso, su matrimonio había sido anulado, así que reinició con el filme "Pobres Millonarios" (1957).
A pesar de que se volvió a casar, Irma Dorantes no dejó de trabajar esta vez, realizando más de 50 películas después de que enviudó de Pedro Infante, además de alrededor de 15 telenovelas, realizando la última en 2010, "Cuando me enamoro", bajo la producción de Carlos Moreno. Después de retirarse decidió cambiar su residencia a Cuernavaca, Morelos, donde lleva una vida tranquila y cuidando su jardín a sus 89 años, aunque también se da su tiempo para ver a sus amigas.