Un coleccionista experto en Marilyn Monroe afirmó que Kim Kardashian infligió un “daño permanente” al vestido que la legendaria actriz usó para cantarle a John F. Kennedy en su cumpleaños número 45, poco antes de su muerte. La estrella de reality show llevó el mismo look a la Met Gala el mes pasado.
De acuerdo con fotografías tomadas la semana pasada por Scott Fortner, un coleccionista que trabaja para autenticar y verificar los recuerdos de Monroe, estas parecían mostrar tela estirada y doblada, y cristales faltantes en la parte posterior del vestido.
LE FALTAN CRISTALES
En las imágenes, publicadas en Instagram , se pueden ver rasgaduras, estiramientos y un desgaste considerable en el vestido, al que también parece que le faltan algunos cristales, mientras que otros “quedan colgando de un hilo”.
La publicación cita al dueño del vestido, Ripley’s Believe It Or Not!, quien en ese momento afirmó que “se tuvo mucho cuidado para preservar esta parte de la historia de la cultura pop”.
Kardashian se puso el vestido de seda color nude cubierto de cristales de 4.8 millones de dólares para caminar por la alfombra roja en el evento, a principios de mayo. Complementó la prenda con una estola de piel blanca, ya que no podía subir la cremallera en la parte posterior.
NO LE SIRVIÓ LA DIETA
Para entrar en el vestido, Kim inició un régimen extremo de pérdida de peso, que involucró una dieta centrada en vegetales, mucho tiempo en la caminadora y usar un traje de sauna dos veces al día.
“Fue un gran desafío. Era como prepararme para un papel, estaba decidida a encajar en él”, señaló.
Días después del evento, el Consejo Internacional de Museos comentó que “las prendas históricas no deben ser usadas por nadie, ni personajes públicos ni privados”.
NUNCA HABÍA SIDO USADO
Si bien el vestido era propiedad de un coleccionista privado, su herencia, continuaron, “debe entenderse como perteneciente a la humanidad” y el artefacto “se debe conservar para las generaciones futuras”.
El vestido se había mantenido en un ambiente con temperatura controlada desde que el museo Ripley lo compró en 2016. Nunca había sido usado después de Monroe, hasta que llegó Kardashian.
“Soy extremadamente respetuosa con el vestido y lo que significa para la historia estadounidense”, dijo Kardashian, en su defensa. “Nunca querría sentarme en él o comer en él o correr el riesgo de dañarlo, y no usaré el tipo de maquillaje corporal que suelo usar”.
LAS FOTOS LO DEMUESTRAN
De acuerdo con fotografías tomadas la semana pasada por Scott Fortner, un coleccionista que trabaja para autenticar y verificar los recuerdos de Monroe, estas parecían mostrar tela estirada y doblada, y cristales faltantes.