Jerry Lee Lewis, el indomable pionero del rock ‘n’ roll cuyo escandaloso talento, energía y ego colisionaron en canciones como “Great Balls of Fire” y “Whole Lotta Shakin’ Goin’ On” y mantuvo una carrera envuelta en escándalos personales, murió el viernes por la mañana. Tenía 87 años.
El último sobreviviente de una generación de artistas innovadores que incluyó a Elvis Presley, Chuck Berry y Little Richard, Lewis murió en su casa de Mississippi, al sur de Memphis, Tennessee, informó el representante Zach Farnum en un comunicado. La noticia llegó dos días después de la publicación de un reporte erróneo de TMZ sobre su muerte que luego fue retirado.
De todos los rebeldes del rock que surgieron en la década de 1950, pocos captaron la atracción y el peligro del nuevo género de manera tan inolvidable como el pianista nacido en Luisiana que se hacía llamar “El asesino”.
La música de Lewis tenía que ver con la lujuria y la satisfacción, con su tenor lascivo y exigentes acotaciones, tempos violentos y glissando descarado, burla arrogante y un revuelto cabello rubio. Era una estampida de un solo hombre que hizo que el público y los teclados estallaran. Sus presentaciones en vivo eran tan explosivas que durante una interpretación de “Whole Lotta Shakin’ Goin’ On” en “The Steve Allen Show” en 1957, le arrojaron sillas como cubetas de agua a un incendio.
Pero en su vida privada se condujo de tal manera que en la actualidad podría haber significado el fin de su carrera hoy —y casi lo hizo en ese entonces.
- Por un breve periodo, en 1958, fue candidato para reemplazar a Presley como el principal intérprete de éxitos del rock luego que Elvis fue reclutado por el ejército. Pero cuando Lewis estaba de gira en Inglaterra, la prensa se enteró de tres cosas perjudiciales: Estaba casado con Myra Gale Brown, de 13 años (posiblemente incluso de 12), ella era su prima y todavía estaba casado con su esposa anterior. Su gira fue cancelada, fue incluido en la lista negra de la radio y sus ganancias cayeron de la noche a la mañana a prácticamente nada.