Monterrey, NL
Construir un pasado a base de un inolvidable rock and roll, sin duda, hace de Starship una banda muy especial para sus fieles seguidores.
El detalle que tuvo la agrupación californiana con los regios, de ser Monterrey la única plaza de México que incluyeron para presentar su The 80s Rock Tour, se lo pagaron con creces.
En una mágica y nostálgica velada ochentera, donde Starship sonó como en sus mejores tiempos, retumbaron en el auditorio Cumbres aplausos y gritos generados por una emoción contenida en su fanaticada durante años.
La efusividad por tenerlos en casa fue intensa.
Al filo de las 22:35 horas, la banda llegó como cohete para transportar a la audiencia a un pasado musical inolvidable.
Con una historia que tiene sus orígenes en los 70, pero cuyo auge lo vivieron 10 años después, Starship regresó anoche con una alineación encabezada por su incansable líder, Mickey Thomas, así como Cian Coey (vocalista), John Roth (guitarra), Jeff Adams (bajo), Phil Bennett (teclados) y Darrell Verdusco (batería).
En este show, atestiguado por unas mil personas que llenaron por completo el auditorio Cumbres, la agrupación demostró que conserva ese encanto que la llevó a ser favorita de muchos hace varias décadas y lograr un éxito a nivel internacional.
La voz de Thomas, un rockero maduro de 73 años, no deslució en el pequeño escenario del recinto. Sus compañeros músicos, menos.
Los amantes del género gozaron de este concierto de principio a fin, concluyendo ya entrada la medianoche.
La algarabía fue de menos a más, pues al inicio tocaron temas como "Layin´ It on the Line" y "Jane".
Los regios calentaron garganta con "Sara", uno de los hits de la agrupación.
Después de un popurrí llegó su éxito "Nothing´s Gonna Stop Us Now", de 1987, incluido en el álbum No Protection.
Esas letras que habían estado guardadas en el inconsciente colectivo tomaron vida anoche, pues fueron coreadas con fuerza.
El público permaneció atento a los movimientos de los músicos y de su líder, que con gafas de sol y melena larga, muy ochentera, se dedicó a cantar e interactuar con los fans, incluso posó para algunas fotografías de quienes se acercaron al escenario.
Thomas agradeció constantemente el cariño de los admiradores regios, pues cantaron a todo pulmón en los grandes momentos del show.
Todos se pusieron de pie para bailar y entonar la inolvidable "Don´t Stop Believin´", cuya letra todos recordaron.