CIUDAD DE MÉXICO.-Desde su vestido rosa de organza, Katya Echazarreta transmitió la emoción de haber cumplido su más caro anhelo.
Ella conquistó el cielo, no lo dice, pero la emoción vibra en su garganta tocando el llanto. Sus ojos brillaron como dos estrellas, y su labial rojo se extendió en una sonrisa tan grande que hasta ocupó la extensión del Museo Soumaya.
En la noche organizada por la firma de belleza L'Oreal donde fue necesario recordarle a la mujer que "vale" y que todo lo que quiera lo puede alcanzar, Katya la primera mujer mexicana en cruzar el espacio, le dijo a REFORMA:
"No importan las adversidades, los innumerables 'no', el familiar 'no se puede' y otras leyendas, 'como no hay dinero', 'eres mujer', 'no hay oportunidades'" , dijo Katya graduada en ingeniería electrónica por la Universidad de California en Los Ángeles.
"Quiero decirle a las mujeres del mundo que no tengan miedo de acercarse al estudio de la Ciencia", dijo entre el recuerdo de su llegada a la NASA y la innumerable lista de exámenes que tuvo que resolver para ser candidato a lucir un traje de astronauta y salir, literal, disparada fuera de órbita del Planeta Tierra.
"Asocio a Dios con la grandeza del Universo", dijo la chica del vestido rosa, la estudiante mexicana que al lado de su mamá ganó batallas en un País que no era el suyo pero que ama profundamente por darle la oportunidad de prepararse para ser quien es.
Una mujer mexicana y feliz que le dice a sus paisanas:
"¡Tú puedes llegar y conquistar tu propio cielo!", dijo la astronauta que un día vio de lejos la Tierra en medio de un espectáculo que aún le hace cimbrarse de emoción.
"Conocí el color verdadero. Desde la bóveda del Universo conocí el negro más profundo. La Tierra palpitaba a lo lejos en color azul. La experiencia fue silenciosa de entrañable agradecimiento. ¡Como volver a nacer!", dijo Katya a Reforma.