Mediáticamente la protagonista de la película Nosotros los Nobles congeló el tema, pero desde entonces ya trabajaba en su largometraje La Caída, que le ayudó a sanar antes y después de que hiciera público su caso.
Hace 10 años, la actriz empezó a investigar sobre clavadistas que habían sufrido abuso sexual y sus historias la inspiraron a hablar. Ahora las representa en pantalla, al mostrar el proceso de una atleta para asimilar que fue víctima de su entrenador.
"Mi forma más fuerte es a través del arte. No me iba a poner a satisfacer el morbo del escándalo, muchos lo vieron como una debilidad, pero yo sabía que iba a contestar a mi tiempo y esta es mi contestación", explicó la actriz en entrevista.
En su película, que se estrena en Prime Video el 11 de noviembre, da vida a una clavadista que representará a México en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuando otra joven deportista denuncia los abusos del entrenador de ambas.
Esas acusaciones hacen que la clavadista se dé cuenta de los abusos normalizados que permitió, como le pasó a Souza.
"Fue un reto poder honrar sus historias y comunicar lo difícil que es para ellos romper con ese silencio. A veces la gente piensa que es algo sencillo y yo quería mostrar un poco el proceso que conlleva a que alguien lo pueda asimilar.
"Me sanó encontrar a esta comunidad de clavadistas, me contagió su fuerza de entender, nombrar, ver, escogerme a mí misma y a sentirme lo suficientemente fuerte para alzar la voz. Este proyecto en realidad fue lo que me permitió nombrar lo que me había sucedido", resaltó.
El compromiso de la actriz de How to Get Away With Murder fue tal que se dedicó tres años a entrenar clavados para lanzarse del trampolín de 10 metros, proceso que también la empoderó al filmar después de dos embarazos.
Ponen trabasA la protagonista de ¿Qué Culpa Tiene el Niño? le costó levantar el proyecto porque asegura que pocos querían tocar el tema.
Tuvo el mismo problema al encontrar al actor que interpretara a Braulio, el entrenador, pero después de muchos "no", llegó Hernán Mendoza, quien trató de empatizar con su rol y abordarlo como lo que es, un ser humano, sin la mística de monstruo.
"Necesitaba que fuera adorable, carismático, chistoso, todas las cosas. Lo peligroso es cuando vestimos al abusador como lobo feroz porque en realidad es el mejor amigo, es el vecino, el tío, se arropan de maneras muy distintas.
"Muchas veces cuando una mujer o un hombre sale y dice que lo abusó cierta persona, todo lo que uno escucha es: 'Pero él es buena persona, tiene una esposa y una hija'. Son cosas que escuché cuando sucedió lo mío", compartió Souza.
Entre la complejidad que incluyeron en la cinta, bajo la dirección de Lucia Puenzo, se encuentra la corrupción e impunidad, pues las medallas conseguidas por el entrenador en quien se basaron lo blindaron de investigaciones.