Londres, Inglaterra
El príncipe Guillermo habló de su propio dolor ayer al rendir homenaje a las familias de las 22 personas que murieron cuando un terrorista suicida atacó un concierto de Ariana Grande en el Manchester Arena hace cinco años.
Guillermo y su esposa Kate, la duquesa de Cambridge, asistieron a la inauguración oficial de un monumento público en la ciudad de Manchester, “Glade of Light” (Claro de luz), días antes del quinto aniversario del ataque del 22 de mayo de 2017.
El príncipe dijo a las familias de los fallecidos que sabía que “el dolor y el trauma que muchos sienten no ha desaparecido”.
“Como alguien que vive con su propio dolor, también sé que lo que más le importa a los dolientes es que aquellos que hemos perdido no sean olvidados”, dijo Guillermo. “Hay consuelo en recordar. En reconocer que, aunque fueron arrebatados terriblemente pronto, vivieron”.
Guillermo era un adolescente cuando su madre, la princesa Diana, falleció en un accidente automovilístico en París en 1997.
El monumento, cerca de la Catedral de Manchester, lleva los nombres de aquellos que murieron cuando Salman Abedi hizo estallar una bomba en el vestíbulo del Manchester Arena, cientos de personas resultaron heridas. Los 22 muertos incluían a seis niños, el menor de ellos de 8 años.