- Ciudad de México
De entrada, las 15 fechas firmadas hasta ahora para su tour en México ya son sold out. Y el peso que pudiera representar ese récord en los hombros de Alejandro Sanz se transformó en su arranque de gira en un logro pleno, gozoso.
Y dejó, como reza uno de sus más grandes éxitos, el alma al aire en su show número 49 en el Auditorio Nacional.
Sonriente, cálido, entregado, el cantautor de 54 años salió al ruedo con la moderación escénica que dan las tablas ganadas en una longeva carrera.
Más su desempeño en escena, como el de sus ocho músicos y las dos coristas, siempre a tope, pisando fuerte todo el tiempo.
El repertorio escogido en uniformidad sonora, fue un lienzo en el que Sanz lanzó pinceladas de romanticismo, nostalgia y desamor.
“No es lo Mismo”, “Lo que Fui es lo que Soy”, “El Alma al Aire” y otras tantas piezas se suceden entre clamores y coros inmensos de sus fans que cantan como su artista, cantan y vuelven a cantar.
El regreso de Sanz es iluminado, literal, con luces tricolores verde-blanco-rojo (de papelitos que dieron al ingreso al recinto).
Y emocionado rememora -enfundando en un traje sastre azul cielo y con gafas oscuras- que lo suyo con México fue amor a primera vista.
De modo que antes de cantar otro de sus icónicos hits, “Cuando Nadie me Ve”, cuenta que tiene grandes amigos desde su primera visita al País.