- CIUDAD DE MÉXICO
"Yo creo que todo lo que sucede en tu vida es lo que necesitas que pase en tu vida", dice Alma Cero, durante una entrevista concedida a Gustavo Adolfo Infante, por eso, no recuerda con rencor los dolores de su vida ni desea que no hayan sucedido, en cambio, prefiere aprender de todas las lecciones que la han llevado a estar en el lugar en donde está hoy.
La infancia de Alma Cero fue de ausenciasLa actriz confió que, desde muy temprana edad, presenció lo que significaba la fractura familiar, debido a que su madre Patricia Quintero y su padre Enrique Cero, quien fue dramaturgo, periodista y poeta, se divorciaron cuando ella tenía sólo seis años y aunque, en esa época, sólo supo que su padre se fue para no volver más, muchos años después descubrió que su progenitor se había casado en seis ocasiones y tenía 12 años.
De acuerdo con Alma, luego de que su padre se fue de la casa, no volvió a verlo hasta que tenía 19 años, cuando ya trabajaba en el teatro. Al salir de la función, ella y su pareja de aquella época fueron a comer a Coyoacán, en el mismo restaurante donde se encontraba don Enrique, que le pareció muy familiar, además que notó que él también la veía. Fue así como se animó a acercarse y preguntarle si se trataba de él y aunque su papá asintió, su reacción la lastimó mucho.
La falta de una figura paterna la llevó a tomar muchas decisiones en su vida, pues desde la adolescencia determinó que estudiaría danza, ya que sabía que, al nacer, su padre comentó que, por su complexión, ella se convertiría en bailarina.
De esa manera, viajó a Cuba a los 14 años para forjarse en esta disciplina y al volver a México, año y medio después, tomó la decisión de salirse de su casa y comenzar una vida independiente pues su hermano mayor, que padecía trastorno bipolar, la golpeaba.
Aunque la actriz recordó -con lágrimas en los ojos- que su hermano la lastimó mucho al grado que llegó a provocarle desmayos, recobró el aliento con una sonrisa al enunciar que la vida le obsequió otro hermano con el que no comparte sangre, refiriéndose a Ariel Miramontes, mejor conocido como "Albertano", su hermano en "María de todos los ángeles".
Alma rememoró que, así como ella, el comediante se formó en Bellas Artes, y así como tomaban una clase juntos, también frecuentaban el GYM Condesa, en una época en que muchas figuras famosas iban a entrenar a ese lugar; fue ahí donde ellos también se ejercitaban y tomaban clases de jazz.
Rosa Aurora, el personaje de su vida
En 2006, emprendieron su primer proyecto laboral juntos, cuando Alma fue llamada a castear para aparecer en "María de todos los ángeles". Esta oportunidad llegó seis años más tarde que la actriz se graduara del CEA. Cero recordó que Ariel y Mara Escalante llevaban mucho tiempo trabajando en colaboración, cuando ella se integró como Rosa Aurora, con la que se identificó machismo.
"Me dieron el regalo más grande", destacó, pues era un personaje creado por Mara.
Para Alma, entre ella y Rosa Aurora hay muchas similitudes, debido a que ella nació y vivió hasta los 15 años en la colonia Guerrero, "la más brava de México", además, encontraba otras semejanzas con su familia real; de esa manera el estrellato llegó a su vida, coincidiendo con la muerte de su mamá, que se fue de este plano esperando la noticia de si la actriz se había quedado con el papel de Rosa Aurora.
En esos años, la compañía de sus seres queridos fue clave para que siguiera adelante y uno de ellos fue Ariel Miramontes del que, en otras ocasiones, ha llegado a confiar que se enamoró, pues lo veía como su "amor platónico" por el gran talento que proyectaba en su trabajo:
La actriz y el elenco grabaron el programa de comedia en 2006, sin embargo, este quedó congelado hasta el 2009, año en que fue lanzado en televisión y aunque, por mucho tiempo, fue contratada en diferentes proyectos de Televisa bajo este personaje, por el que llegó a pagar una licencia a Escalante, quien asegura que siempre se portó muy bien y le cobraba muy poco por dar vida a Rosa Aurora fuera de "María de todos los ángeles", luego de un tiempo la comediante ya no quiso que siguiera trabajando con el papel que ella había creado.
Fue así como un día, Mara le solicitó que dejara de utilizar ese personaje y aunque, para Alma, significó uno de los momentos más difíciles de su vida también se convirtió en un regalo, pues de esa forma empezó a trabajar en el mejor personaje de su vida; sí misma, pues por años pensó que, si no era bajo el personaje de Rosa Aurora, su trabajo no tenía el mismo valor.