- Ciudad de México
Aprender a tolerar la duda, el miedo a lo desconocido y a las personas diferentes es una de las lecciones que la actriz Verónica Langer, autora de "Las Larvas", anhela sembrar en las personas que lean su primera novela.
LA TRAMALa trama sigue a Aurelio, quien luego de sufrir alucinaciones y haber estado internado en un psiquiátrico, es dado de alta, pero se queda a trabajar en el lugar, con cuatro personas a su cargo.
Allí están Kiki, quien solamente sabe decir "jamón"; Miguel, un chico que se desnuda en cualquier parte; un viejito que no habla y nadie visita; y Paco, un mexicano que tiene una novia muy guapa y solamente quiere cantar rancheras.
A través de un diario, donde Aurelio registra sus pensamientos, el lector sabe que el narrador pidió permiso para sacar a sus "larvas" del psiquiátrico, y que en lugar de a una kermés, como dijo al director, los llevó a un prostíbulo.
"La historia de algún modo nos abre una ventanita a la comprensión de esos seres que nos resultan diferentes a nosotros. La salud mental es un tema que siempre me ha interesado y de algún modo he estado en contacto siempre con él, por cuestiones familiares, profesionales y de gente cercana.
REFLEXIVA"No me son ajenos los medios de la psiquiatría y del psicoanálisis, los conozco bastante bien, pero también es un tema con el que no sabemos del todo qué hacer. Es muy difícil cuando te toca estar cerca de alguien que no es funcional. Escribir la novela fue darle voz a los personajes que no tienen la suficiente articulación para expresar lo que les pasa", dijo Langer (Cinco Días sin Nora, Miroslava), en entrevista.
Langer, nominada seis veces a los Premios Ariel y dos veces ganadora de los mismos, optó por una escritura a manera de diario, donde el protagonista lleva una bitácora para registrar sus aventuras cotidianamente.
"En cierto sentido, Aurelio es el protagonista de la historia, pero al final es una especie de testigo. Para mí, el protagonista siempre fue Kiki, pero como no tiene voz necesita alguien que lo vea.
Originalmente, la historia nació de un proyecto teatral que hicieron Langer y una de sus amigas mientras tomaban un taller con el dramaturgo David Gaitán, sin embargo, ella se dio cuenta que la historia daba para más.