CIUDAD DE MÉXICO.- "¡No es lo mismo, Mago, porque ellos pagan millones de pesos para que tú digas ‘Gansito congelado’, no para que digas ‘Gansito bien helado’", fue una de las primeras llamadas de atención que Chabelo le hizo al Mago Frank. Cuando lo cuenta, todavía se confunde sobre la opción correcta, pero lo toma con humor y como un ejemplo de la personalidad de su "padre artístico", Chabelo, a quien él llama Xavier.
Cuando Chabelo cumplió 85 años lo hizo lejos de los reflectores, de aquel programa emblemático. Sus compañeros de trabajo recordaron en entrevista con EL UNIVERSAL en 2020, cómo era convivir con esa dualidad: el Chabelo amigo de todos los niños y el Xavier López estricto y perfeccionista.
"Yo lo considero mi padre artístico, conviví mucho con él, como padre e hijo, incluso más que él con sus hijos.
Un día llegamos a Toluca y me dijo que me iba a llevar a un lugar donde vendían unas quesadillas buenísimas. En cuanto iba a bajarse del coche todos lo reconocieron y dijeron ‘¡Chabelo, Chabelo!’, se armó un relajo, cerraron la puerta y arrancó el chofer; yo ya me había bajado y me quedé allí, así que fui a comprar para llevar y llegando al hotel le dije: te traje tus quesadillas, y me respondió: ‘yo me las quería comer allí’".
Adriana de La Piedra fue edecán del famoso programa, como también lo fuera en su momento Verónica Castro. Contó que entró allí por casualidad, porque no se le antojaba nadita levantarse los domingos antes de las siete de la mañana.
"Me divertí mucho, aprendí mucho de Chabelo y lo quiero muchísimo, viajamos bastante porque hacíamos gira en toda la República, éramos como familia", agrega Adriana.
La exedecán recordó que todos los sábados el equipo hacía un ensayo general donde sí o sí se desarrollaba el programa como si estuvieran en vivo, esto, para que no hubiera un error durante la transmisión.
"Durábamos hasta 18 horas ensayando. Los de la producción hacíamos quinielas apostando que terminábamos a las cuatro, a las cinco de la mañana, eran maratones", agrega el Mago Frank sobre estos ensayos.
Entre sus anécdotas también se encuentra el primer día de trabajo con Chabelo. Él llegó al ensayo pero sin Blas, su conejo, y cuando le tocó hacer su parte con los cuates de provincia, sólo hizo como que lo traía en brazos.
"Me preguntó: ’¿y el conejo?’ Le dije que no lo traía y respondió: ‘Mago, los ensayos se hacen para ensayar, no para que hagas lo que quieras’. Le contesté que no se preocupara, que ya venía en camino y en seguida mandé traerlo".
Xavier López, nacido en 1935, comenzó su camino como un adulto estudiante de medicina que adoraba la televisión, tanto, que tomó trabajos de jala cables, de floor mánager y luego haciendo pequeñas apariciones en sketches junto a Ramiro Gamboa, hasta que la tv lo hizo dejar la medicina y la adultez para convertirse en un niño.
Tacharon a Chabelo de "sangrón"Fue Ramiro Gamboa el que le pidió dar vida a un niño llamado Chabelo, en 1954, cuyo origen es un libro de chistes. Allí, Xavier López volvió a nacer como ese niño eterno en pantalla, pero productor estricto detrás de ella.
De hecho, se le recriminó no interactuar con la gente en el programa.
"Es algo muy controversial porque lo puedes ver como malo y como bueno, la gente decía en los comerciales que qué sangrón era Chabelo y qué bueno era el Mago que platicaba con ellos, pero el trabajo del mago era platicar con la gente mientras Chabelo pensaba lo que iba a decir acabando los comerciales, él tenía que pensar si el gansito era helado o si el frutsi era frío".
El Mago Frank trabajó con él 10 años, toda la década de los 80. Una vez, le preguntó por qué explicaba todo el tiempo las instrucciones de los juegos.
"Hoy, en este programa, por primera vez un niño pasó de la inconsciencia a la conciencia, aprendió a picar el botón de la televisión. A ese niño es a quien le estoy explicando cómo jugar la escalera loca", le respondió Chabelo.
Adriana de La Piedra todavía recuerda con mucho cariño esos ocho años que trabajó con Chabelo. Dice que era una excelente opción para el público infantil. Sin embargo, una de las principales críticas a "En familia con Chabelo" fue la cantidad de alimentos chatarras que se promocionaban.
"Gracias, cuates", dijo Chabelo el 20 de diciembre de 2015, al terminar su último programa y cerrar el ciclo.