Benedict Cumberbatch compartió recientemente una desgarradora experiencia que vivió más de 20 años atrás, cuando fue secuestrado y robado mientras filmaba la miniserie To the Ends of the Earth en Sudáfrica en 2004.
En una entrevista con Variety, el actor británico recordó cómo, en sus veintitantos años, estaba disfrutando de una excursión de buceo con unos amigos cuando un incidente imprevisto cambió el curso de su viaje.
Su coche sufrió una avería en la carretera, y al detenerse para intentar solucionarlo, seis hombres los abordaron, asaltaron y secuestraron. Cumberbatch y sus amigos fueron forzados a subir al vehículo y conducidos durante horas por sus captores.
Tras un angustioso trayecto, los hombres los dejaron en un lugar apartado, ataron y obligaron a sentarse en una posición que simulaba un fusilamiento, antes de huir.
"Me dio una noción del tiempo, pero no necesariamente buena", comentó Cumberbatch, quien reveló que la experiencia lo marcó profundamente. "Me hizo sentir impaciente por vivir una vida menos ordinaria, y todavía estoy lidiando con esa impaciencia", añadió.
El trauma de este evento transformó la relación del protagonista de Doctor Strange: Hechicero Supremo con la adrenalina, quien encontró en deportes extremos como el paracaidismo una forma de lidiar con el miedo y encontrar una sensación de control.
"La experiencia de estar cerca de la muerte impulsó todo eso", señaló el actor. "Me hizo pensar: 'Ah, sí, sí, podría morir en cualquier momento'. Me lanzaba desde aviones, corría todo tipo de riesgos".
Sin embargo, Cumberbatch reconoció que su perspectiva sobre la vida ha cambiado desde que formó una familia con su esposa, Sophie Hunter, y juntos tienen tres hijos.
"Pero aparte de mis padres, no tenía a nadie que dependiera de mí en ese momento. Ahora eso ha cambiado y eso te hace reflexionar. Cuando te conviertes en padre, tus pensamientos se dirigen más hacia la mortalidad", expresó.