Ciudad de México
Es imposible hablar sobre “Avatar: The Way of Water” (“Avatar: El camino del agua”) sin sonar exagerado, pero la secuela de James Cameron es una experiencia cinematográfica verdaderamente impresionante que te hará flotar en un éxtasis de gran presupuesto.
No importa si pensaste o no en los últimos 13 años sobre lo que pasaba en Pandora o cómo les estaba yendo a Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña), asumiendo que recordabas sus nombres. “The Way of Water” sorprenderá a los creyentes de “Avatar” e incluso a los agnósticos, como yo, por lo menos por tres horas y 12 minutos. La película no es sólo visualmente atractiva, es espiritualmente rica, una simple pero profunda historia sobre familia y el mundo natural, que es mucho mejor que la primera.
¿EXCESIVO?Tres horas y 12 minutos podría sonar excesivo, pero cuando un cineasta aprovecha el tiempo, como Cameron y muchos otros antes que él, es una experiencia inigualablemente gratificante. En otras palabras, no es mucho pedir que permanezcas en el cine. Y se te olvida revisar la hora desde la primera escena de Pandora y el relato de Jake sobre lo que ha pasado en la última década.
Él y Neytiri tienen tres hijos ahora: Neteyam (Jamie Flatters), Lo’ak (Britain Dalton), Tuk (Trinity Jo-Li Bliss) y una hija adoptiva Kiri (Sigourney Weaver), y viven felices en el bosque. “La felicidad es sencilla”, dice Sully. “¿Quién se iba imaginar que un bobo como yo podría descifrar el enigma?”, pero como es de esperar, este estado idílico no puede durar para siempre. Los humanos están a la caza de Jake, con un antagonista conocido encabezando la misión. Y pronto su familia se ve obligada a huir a otra parte de Pandora, en la costa, con una nueva tribu liderada por Ronal (Kate Winslet) y Tonowari (Cliff Curtis), quienes los reciben a regañadientes y tratan de enseñarles cómo vivir rodeados de agua.
- Experiencia sin límites en la gran pantalla.