MONTERREY, NL.- No puede decir que ya no lo quiere, porque siempre será el padre de sus hijos, pero ya tomó la decisión y es definitiva: después de 21 años de matrimonio, Alicia Villarreal se separa de Cruz Martínez.
Por supuesto que no fue fácil, pero tampoco sucedió de la noche a la mañana, sus diferencias con el productor y líder del grupo Kumbia Kings vienen de un par de años atrás.
"Durante muchos años, él fue productor de mis discos ¡imagínate! Es una ruptura de muchas áreas. Empiezas por la sentimental, es la que está destruyendo todo. Esta es la nueva etapa que yo decidí vivir, es el momento que yo tengo de poner límites", expresó serena Alicia.
Al cuestionarle si ya solicitó el divorcio por la vía legal, la cantante insistió que está en ese proceso. También reveló que ha acudido a terapia para estar bien.
- "Yo sí estoy en terapia, en la parte de él, desconozco. Hay tiempos que yo no lo veo, de repente, como que cada uno agarró su camino. Ha fluido, ahí la llevamos, pero es algo que ya se ha decidido definitivamente. A veces la gente no lo entiende, pero como dicen las abuelitas: nomás el que está meneando la cazuela sabe lo que hay adentro".
A principios de agosto se reveló que el líder de Kumbia Kings fue captado con la cantante venezolana Germaine Valentine en un antro de San Pedro, pero a decir por Alicia, sus problemas con el músico no son de ahora.
A pesar de lo difícil que es separarse, enfrenta la situación desde la madurez, sin gritos ni insultos.
"De verdad estoy cansada ¿por qué te voy a gritar? ¿por qué te voy a hablar mal? Echarte una mala palabra no me va hacer sentir bien. O lo arreglamos bien o me espero a que se te baje", dijo Alicia.
"El matrimonio es de altas y bajas, definitivamente le dije: 'Si no nos podemos hablar, pues no nos hablamos', hasta que podamos hablar, entonces convivimos".
Lo que más le preocupa a la cantante, quien mañana presenta su espectáculo Donde Todo Comenzó Tour en el Escenario GNP, son sus hijos Cruz Angelo (de 19 años), quien se irá a Boston a estudiar producción y negocios, y Félix (de 17), que cursa la preparatoria.
El día que compartió con ellos la decisión de divorciarse de su padre, lloró y le temblaba la voz.
"Recuerdo ese momento en el que me senté a hablar. Uno de ellos dice: 'Mamá, no te preocupes, ya sabemos'. Y yo sufriendo cómo les iba a decir. Tuvimos una etapa tensa y de verdad era difícil. He ido a platicar, he tenido terapias, he estado en esa parte para mejorar como ser humano y tranquilizar mis pensamientos", compartió.
"Siempre lo voy a ver y siempre lo voy a querer. No puedo decir que no lo quiero o que no lo voy a cuidar si se enferma. Cuando tienes hijos ya no te desprendes de los señores".