Monterrey, México.- Aunque sabía que sería un reto duro de vencer, Alejandra Espinoza no se quiso quedar con las ganas de "hacerla de drama".
En su corta carrera como actriz porque a ella se le conoce más como presentadora, la también Nuestra Belleza Latina 2007 se ganó el rol estelar de Mariluz en la telenovela Corazón Guerrero, que se transmite por Las Estrellas.
"Me imaginaba trabajar en una serie, pero para mí una telenovela siempre fue una ilusión, quería y soñaba con hacerla".
Pero su incursión al mundo del melodrama no fue una historia color de rosa porque las jornadas de trabajo le resultaron extenuantes.
Acostumbrada a pasar el tiempo con su esposo y su hijo Mateo, para luego dedicarse de tiempo completo a los llamados de Corazón Guerrero la hizo sudar la gota gorda.
Es cierto que la llenó de satisfacciones, gratos momentos y buenos amigos, pero tendrá que pasar un tiempo para volver a hacer otra novela.
"Sí volvería a hacerla, pero no todavía. Los horarios son muy matadores. Yo tengo un hijo y un esposo y sí fue bastante difícil".
- Lo bueno de todo es que desde el primer momento contó con el apoyo incondicional de su marido, el director artístico Aníbal Marrero.
Antes de comenzar las grabaciones de la historia en la que comparte créditos con Gonzalo García Vivanco, lo primero que enfrentó Alejandra fue dejar su vida en Los Ángeles y mudarse a CDMX por casi seis meses.
"Voy a extrañar mis pláticas con Natalia (Esperón), Ana (Martín) y los pozolitos que nos aventábamos cuando decían 'corte'. Extrañaré nuestros almuerzos en la cafetería y mis pláticas con Diego (Olivera) porque me ayudó muchísimo, me aconsejó. Me voy con las manos llenas de muchas cosas", aseguró.