Honor a quien honor merece

La tamaulipeca Mercedes Varela fue distinguida por sus 25 años de trayectoria en el fomento a la lectura en el evento “La palabra, como encuentro de resistencia y paz”

D el 23 al 26 de septiembre se llevó a cabo el Encuentro Interestatal  de Fomento a la Lectura, zona noreste.

La palabra, como encuentro de resistencia y paz” organizado por el Programa Nacional de Salas de Lectura, Gobierno Federal/Cultura y los Gobiernos y Cultura de los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango y Chihuahua, dentro de este marco se reconoció la trayectoria de un mediador por cada uno de los estados del noreste. Por Tamaulipas, por ser fundadora y tener 25 años dentro  del programa, se reconoció a la maestra Mercedes Varela, quien cuenta con la credencial 0001 del estado 28.

UN VIAJE POR LAS LETRAS

A continuación un recuento de lo externado por la maestra Varela, 25 años se dice fácil, pero no lo es; al respecto esto dijo: “Todo inició con una llamada de la oficina de Cultura municipal; me invitaban a un curso, bien a bien no fueron muy explícitos, era algo sobre lectura”. 

“Desde pequeña me gustó leer, así que acepté y viajé a la ciudad de Monterrey, Nuevo León; después siguieron cursos y cursos y fue hasta agosto de 2016 que finalmente obtuve mi certificado como mediadora de lectura”.

No siempre se tiene la fortuna de saber el momento preciso, ese instante en que tu vida da ese giro y comprendes y aceptas lo que deseas hacer por lo que te resta de vida y eso lo supo en Monterrey, Nuevo León, el 22 de mayo de 1997 cuando temerosa y asombrada se embarcó para surcar este mar de letras.  Le gustó y se sintió muy motivada, y anheló desde ese momento ser tan apasionada como las instructoras.

{"quote":"Siempre estoy buscando la manera de atraer al público hacia la lectura; fue así como nació la siembra de libros, el taxi literario y la trivia”. Mercedes V"}, .

AMOR POR LOS LIBROS

Además agregó: “A pesar de mis dudas envié mi proyecto y ¡Sorpresa! Fue aceptado. Cuando llegó mi primer acervo no cabía en mí del gusto; realmente estaba maravillada por los títulos y empecé a leerlos uno a uno. Aprovechando que mi hijo acababa de entrar al Tecnológico y se reunía con   sus compañeros en casa para hacer tareas, implementé mi primera estrategia que consistía en dejar los libros diseminados en la sala. Yo tomaba alguno y leía.  Así me encontraban sus compañeros cuando llegaban a estudiar, hasta que unos me preguntaron ¿Qué leía? Y otros empezaron a hojear los libros. Les di la confianza para pedírmelos prestados. Fue así como inicié con el préstamo de libros a estudiantes, al plomero, al albañil, al ingeniero que vino a arreglar mi computadora y luego sólo venía para dejar el libro y llevarse otro”.

LECTURAS EN VOZ ALTA

 Después empezó a leer en plazas, Tamules, escuelas secundarias, preparatorias, universidades y bibliotecas tanto de Tamaulipas como del valle de Texas, de allí el nombre de su Sala de Lectura “A donde quiera que me quieran voy”.

Se suma a dos programas: “Arte y cultura a domicilio” “Con el cual recorrí diversas colonias sin importar el estrato social y ‘Ventanas a la lectura’, donde participábamos exalumnos, integrantes del taller y sus padres.

Empecé también con un segmento ‘El libro de la semana’, en Televisa Noreste; ocho años ya recomendando libros y autores”.

GRAN VOCACIÓN

“Para ser mediador de lectura se necesita tener vocación, que es el motor que te impulsa a estar al día con lo que se está escribiendo y a invertir en libros/cursos, porque tanto la literatura como las estrategias para fomentarla evolucionan, según el tiempo en que se está viviendo”. 

En la pandemia, la maestra Varela aprovechó para actualizarse y tomó cursos con prestigiados escritores, y la cuarentena le abrió una ventana virtual internacional, participando en festivales y Ferias del Libro en varios países.

Y para concluir, la escritora aseveró: “Se dice fácil, pero fue una constante construir día a día. Considero que mi mayor logro ha sido percatarme que no sembré en tierra estéril y que la vida me dio la bendición de cosechar el fruto y me colma de satisfacción cuando veo a mis exalumnos escribiendo y ganando premios literarios.

  • Estos 25 años me enseñaron a ser humilde y a reconocer, no todo lo que he aprendido y leído, sino todo lo que me falta por aprender y leer para poder compartirlo”.