Egresada de la carrera de diseño de modas de la escuela Trozmer de Puebla, Liech pensó que ese sueño de hacer trajes de baño se quedaría anclado en su ciudad natal, según cuenta en entrevista.
Pero entonces la creativa comenzó a diseñar por los mares del mundo, siendo la primera mexicana que lo logra.
Experiencias fuertes y de todo tipo sucedieron en altamar. Sin embargo, nunca se apartó del sueño de su vida, diseñar.
Hacer bocetos y reunir telas en los puertos que tocaba le llevó a integrar en su casa-embarcación un instrumento fundamental en su vida.
Liech subió a la embarcación con una máquina de coser y telas de licra que son resultado de los desechos de PET olvidados en el mar, logró colecciones de trajes de baño que narran bellas historias.
Por ejemplo, cuenta Liech entre trajes de licra y mesh, una noche en el mar con un cielo arropado de estrellas, coordinados con salidas de baño bordadas con lentejuelas.
Entre olas y selfies, la diseñadora mexicana recibía cuestionamientos como: "¿Dónde compraste tu traje?", razón que la llevó a regresar a México para abrir un taller en Puebla y emprender, con la ayuda de costureras, la fabricación de trajes de baño que hoy se expenden con éxito por los hoteles y boutiques de lujo de la Riviera Maya y Nayarit.
Con una filosofía de marca responsable, fabricando a su ritmo trajes "slow fashion", que empoderan a una mujer sin edad, Antel diseña en su embarcación sobre los aguas de Tulum, en el Caribe mexicano.
La travesía continúa, las ideas emergen de las islas que ella y su esposo van explorando.
Las colecciones se enriquecen proponiendo todo un mar de diseño.