Es su arte indígena y surreal

Jorge Domínguez Cruz plasma sus sueños e imaginación en lienzos

  • Monterrey, N.L.

Jorge Domínguez Cruz descubrió desde muy pequeño su necesidad de plasmar sueños e imaginación a través de la pintura, sin embargo, en el entorno de Mata de Otate, Chontla, Veracruz, en donde nació y creció, era difícil iniciarse en este arte. 


Perteneciente a la región Huasteca, en aquella pequeña comunidad se habla tének y, para la población, la agricultura es el día a día. Así Jorge debía ingeniárselas para conseguir los materiales para pintar. 

"Pintaba de manera primitiva, rudimentaria", cuenta el hoy considerado pintor surrealista indígena.  

{"quote":""Por ejemplo, las flores y las yerbas, las machacaba para sacar los colores y, luego, para los pinceles vi que eran como escobitas, con pelo: les cortaba el pelo a las terneras y las amarraba con una varita. Esos era mis materiales de arte"."}, .


INTERNACIONAL

Este artista plástico de 37 años de edad es hoy un pintor cuyo trabajo es buscado por promotores culturales de Estados Unidos, así como de Europa.

Ha expuesto en Los Ángeles, Nueva York, Chicago y, recientemente, estuvo en Dallas, Texas, donde consiguió la atención de los medios.

"Yo crecí trabajando, ahí sembrando en la milpa maíz, frijol, chile y pues esa era mi vida de niño", dijo Domínguez en una entrevista reciente. 

"Pero lo de la pintura venía de muy adentro de mí desde muy chiquito, era como una fuerza que yo no podía controlar y me obligaba a dibujar y pintar con lo que pudiera".

AUTODIDACTA

En su regreso a México, el artista estuvo en Monterrey para tocar puertas en espacios culturales, pues le interesa darse a conocer en la Ciudad. El Museo de Culturas Populares es un lugar en donde le interesa exponer y también elaborar murales. La fuerza de sus pinturas es resultado de una formación autodidacta.

Descubrir a David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera en los libros de texto de la primaria fue toda una inspiración, recuerda. Cuando conoció la historia de Leonardo Da Vinci, a los 7 años, encontró sentido a ese gusto por pintar.