Años después, inspirado por Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, lectura fundamental para los intelectuales homosexuales mexicanos de mediados del siglo pasado, junto con un exhorto de esta autora belga-francesa para rescatar la estatuaria de Antinoo, adoptaría un compromiso.
"Yo te defenderé de todas las calumnias europeas y demostraré que fuiste la última gran inspiración del arte antiguo", clamaría el historiador de arte, a cuya visión provocadora rinde un homenaje el Museo Nacional de San Carlos a través de la muestra "Antinoo: El efebo eterno", que se inaugura esta noche.
Exposición planteada como un "atlas de la memoria" que reconstruye el itinerario documental, visual e intelectual de De la Maza, figura toral del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, para escribir su obra dedicada al amante y efebo favorito del emperador romano Adriano.
"Es el desdoblamiento de un archivo para seguir la trayectoria intelectual que siguió el doctor De la Maza para escribir este libro que tuvo una enorme repercusión internacional, que fue Antinoo, El último dios del mundo clásico (UNAM, 1966)", detalla Jaime Cuadriello, curador de la muestra tributo por el 50 aniversario luctuoso del intelectual mexicano.
MODELO PERFECTO
La figura del efebo Antinoo permanecería siglos adelante como un modelo que estudiantes de la Academia de San Carlos, como José María Velasco o Pedro Patiño Ixtolinque, dibujaban reiteradamente, incluso hasta la época de las vanguardias.
Parte de esos dibujos y representaciones integran la muestra, enmarcada en el Mes del Orgullo LGBT+, así como algunas esculturas y bustos.
Una de las piezas más destacadas es una réplica cedida por el Museo del Prado de Madrid a través de la Academia de San Fernando, donde De la Maza, también destacado estudioso del arte colonial, fue miembro de número.
También se exhiben fotografías, como aquellas donde quedara registrado el viaje del historiador del arte por Europa, becado por la entonces República Federal Alemana para terminar su libro y seguir el mismo itinerario de viaje que había hecho Yourcenar por Italia, Grecia y Egipto.