GUADALAJARA, Jalisco.- Como profesión, la laudería supera ya los 500 años de vida, como uno de los más indispensables quehaceres para que los músicos de concierto, los profesionales de todos los géneros, los aficionados y los estudiantes puedan realizar su disciplina artística en las mejores condiciones.
Pero, a pesar de todo este tiempo transcurrido, resulta todavía poco sabido que, desde hace algunas décadas, las mujeres lauderas han ido ganando terreno con la hechura de instrumentos de la más alta precisión técnica, con grandes cualidades estéticas o que ayudan a que los niños puedan aprender con mayor comodidad.
Mostrar estas aportaciones es el cometido de la exposición internacional Celebrating Women Luthiers (Celebrando a las mujeres lauderas), que reúne a 49 profesionales de todo el mundo para que el público general y los músicos que la visitan puedan aquilatar la calidad de su trabajo.
"La idea es que, al final, este oficio siempre ha estado liderado por hombres, pero empieza a haber ya muchas mujeres dentro del oficio, pero no se conocen, entonces también es por eso que se hace esta exposición", explica la laudera mexicana Andrea Castañeda, participante de la muestra con un violín que lleva su firma.
Actualmente residente en Coruña, España, donde tiene su taller, Castañeda lleva más de 20 años en la profesión y es egresada de la Escuela de Laudería del INBAL, ubicada en Querétaro.
Con una especialidad en la hechura y reparación de violines, la laudera mexicana ha estudiado en Estados Unidos, tenido una estancia profesional en Noruega y, durante casi 15 años, tuvo un taller propio en Coyoacán.
"Tuve el honor y el placer de trabajar para muchos músicos de orquestas sinfónicas de México, sobre todo con la Sinfónica Nacional trabajé muy cercanamente y también con muchos músicos de la OFUNAM, y fue una experiencia increíble de la cual aprendí muchísimo sobre ajuste de sonido, sobre como trabajar con la ergonomía de los instrumentos para que los músicos se sientan más a gusto y además puedan tener un resultado sonoro que les guste", recuerda.
"Y también trabajé mucho con niños, en programas de las orquestas juveniles que hubo de (Fundación) Azteca, y fue una parte muy importante dentro de mi taller porque justamente esos instrumentos, que son económicos para que los niños empiecen, son instrumentos de fábrica que muchas veces no están bien ajustados y no son cómodos, entonces trabajé muy cercanamente en ese proyecto para que esos instrumentos fueran más cómodos para los niños", abunda.
Toda esta experiencia acumulada, distinta para cada laudera, es la que se celebra en la exposición diseñada para itinerar por tres talleres estadounidenses: Potter Violins, en Washington, D.C.; Reuning & Son, en Nueva York, y Sapp Violins, en Batavia, Illinois.
La exposición, que ya tuvo su paso por dos de las sedes, fue inaugurada con un concierto donde mujeres intérpretes tocaron los instrumentos de las lauderas con un programa de piezas creadas por compositoras.
Del 13 al 19 de julio, la muestra estará abierta en Sapp Violins, donde los músicos y el público podrán acercarse a probar los instrumentos y, en algunos casos, conocer a sus creadoras.