Cd. de México.-El diario de Frida Kahlo, una obra de arte en sí misma que está colmada de su imaginario pictórico, sus ideas y su misticismo, salta del papel a la escultura, la instalación y el videoarte -incluso al paladar- de la mano de tres artistas y un colectivo.
Con la exposición El diario de Frida Kahlo. De la urgencia por la belleza, que hoy abre sus puertas en el Museo de Arte Moderno, las artistas Tania Candiani, Lorena Mal y Lucía Hinojosa, junto con la agrupación Amasijo, de gastronomía y cultura, fueron convocadas para crear propuestas artísticas a partir de las páginas de Kahlo.
Como una iniciativa del laboratorio artístico La Vaca Independiente, la muestra curada por Jessica Berlanga Taylor honra al diario de la artista como uno de sus legados más perdurables, al tiempo que resalta la vigencia y relevancia de sus trazos y escritura a partir de nuevas creaciones artísticas .
Ampliadas a gran escala para que los visitantes transiten entre ellas, algunas páginas del diario, que combinan el dibujo con los pensamientos y reflexiones de Kahlo, ofrecen una clave inmejorable para entrar a la mente de la artista.
"Lo que piensan muchos teóricos es que, en realidad, en algún momento Frida quiso que ese diario fuera leído", explicó en un recorrido Fernanda Ramos, asistente curatorial de la exposición.
La pieza, que honra también a Anita Brenner, María Izquierdo, Benita Galeana, Lupe Marín, Antonieta Rivas Mercado, Aurora Reyes, María Sabina, María Teresa de Landa ya Concha Michel, fue usada como una pancarta portable en la última marcha del 8M en laCiudad de México.
Candiani también presenta la pieza Sólo un monte conoce las entrañas de otro monte, una videoinstalación que recupera las ideas de 19 mujeres relevantes para el México moderno cuyos archivos, como se muestra en una serie de videos, están desatendidos institucionalmente y en malas condiciones.
Trabajos por mujeres de diversas comunidadesComo evento inaugural, el colectivo de mujeres Amasijo, que realizó intervenciones artísticas y culturales a partir de la cocina comunitaria, montó una instalación llamada ¿Quién diría que las manchas viven y ayudan a vivir?.
A partir de su trabajo con mujeres de diversas comunidades que cultivan y cocinan sus propios alimentos, el grupo ofreció a los visitantes comida inspirada en el diario de Kahlo y montó un tendedero de mandiles intencionalmente manchados.
"Vimos la paleta de colores del diario de Frida Kahlo ya partir de ahí generamos un menú que tenía eso, a partir de una frase que dice '¿Quién diría que las manchas ayudan a vivir?', entonces hicimos estos mandiles y cocinamos, entonces digamos que la paleta del libro está manchando los manteles", explicó Carmen Serra, integrante del grupo.
Así, el colectivo ofreció tamales de hoja de berijao con masa colada y dos moles, uno que es una receta especial de una partera del Salto de Eyipantla, Veracruz, y uno de quelite verde de hoja santa, además de pulque y atole de xoconostle.
Los visitantes, a su vez, salieron de ahí manchados por la paleta de colores del diario, luego de comer sobre una hoja en la que se leía "¿Cómo explico mi necesidad enorme de ternura?", una frase de Kahlo.
La exposición también está compuesta por fotografías de Manuel y Lola Álvarez Bravo, Héctor García, Fritz Henle, Gisele Freund y Leo Matiz que ayudan a contextualizar las obras.
Hasta el 16 de octubre, el diario de Frida Kahlo permanece abierto, con sus diversas interpretaciones artísticas, para que los visitantes puedan entrar también a la mente de la artista.