Guadalajara
“Ruido de Fondo” llegaba con las expectativas por los cielos. Se trataba de la nueva película de Noah Baumbach después del éxito de Historia de un Matrimonio (2019), y además basada en la aclamada novela de Don DeLillo. Después se dio a conocer que no solo inauguraría el Festival de Venecia, sino también el de Nueva York.
Y luego la gente la vio, y nadie supo bien qué hacer de ella. La reacción no era para menos. La novela “White Noise” puso a DeLillo en el mapa en 1985, pero también se trata de una obra de ficción compleja llena de grandes ideas cuya adaptación era ya de por sí una tarea por demás ambiciosa.
La historia se centra en Jack (Adam Driver), su cuarta esposa Babette (Greta Gerwig), y su familia. Él es un académico especializado en Hitler, y ambos están obsesionados con la muerte. Todas sus inseguridades se disparan cuando un accidente suelta un químico aparentemente mortal que los obliga a evacuar su pequeña ciudad. Si bien se trata de una adaptación fiel y concisa de un libro monumental, el medio cinematográfico, claro está, es un animal completamente diferente. Aquí, los cambios de tono tan bruscos pueden resultar difíciles de digerir, incluso para las audiencias más receptivas.
Vamos, la película termina sintiéndose como una versión independiente y filosófica de Tornado (1996), pero uno no puede más que agradecer que haya quien se arriesgue a intentar algo así.
Para quien esto escribe, la sátira académica, religiosa, tecnológica, familiar, médica, y ochentera de los dos primeros actos fue sumamente enriquecedora e hilarante. Pero la historia toma un giro más oscuro y exagerado hacia el final que es más difícil de digerir.
- Eso sí, Driver y Gerwig están fabulosos, y Baumbach logra además capturar la trascendencia y exaltación detrás de un acto tan mundano y ordinario como lo es ir al supermercado. Y todo, además, al ritmo de rumba y LCD Soundsystem.