Ciudad de México
Suena “Down to Joy”, compuesta y musicalizada por el irlandés Van Morrison y las tomas de Belfast se centran en los graffitis y las grúas marítimas de la Irlanda del Norte actual. segundos después, el filme de Kenneth Branagh rebobina hasta 1969.
Aclamada por la crítica, con siete candidaturas al Óscar, entre ellas Mejor Película y Mejor Director, la historia, que llegó este fin de semana a cines mexicanos, es una cinta de conciliación con las memorias de su niñez, sus cuestionamientos sociopolíticos de la época y las decepciones que lo marcaron.
UNA CARTA DE AMOR
“Me han dicho que puede ser una carta de amor hacia mi ‘yo niño’, y yo prefiero visualizarla como una carta de conciliación, como cuando le escribes a alguien para exponerle tu sentir sobre algo sin rencores o sobresaltos, sólo exponiendo la realidad y asumiéndola.
“Me pareció un ejercicio mayúsculo de introspección y para muchísimos de los detalles sentí como si hubiera hecho terapia conmigo mismo. Y no creo haber sido el único, creo que muchos de los de mi generación crecimos cuestionando, pero con pocas respuestas. Y cuando la terminé, lloré mucho”, expresó Branagh en entrevista.
MONOCROOMÁTICA
Enmarcada en imágenes monocromáticas, Belfast presenta al pequeño y encantador Buddy (Jude Hill), quien ametralla con todo tipo de cuestionamientos a su Pá (Jamie Dornan), a su Má (Caitriona Balfe), a su Abue (Judi Dench, nominada a Actriz de Reparto) y a su Pap (Ciarán Hinds, a Actor de Reparto).
Es un típico niño irlandés de clase media de los 60: usa chaleco o suéter, corbata de moño, y está fascinado con el futbol; lo han educado para tener buenos modales y respetar el protocolo de las comidas familiares. parece ser muy feliz hasta que una protesta lo estampa en un mar de dudas.
VA POR EL OSCAR
Pasan los minutos en el filme y suenan más piezas creadas por Van Morrison, genuino procedente de Belfast, y quien además también aspira al Óscar por Mejor Canción Original por “Down to Joy”.
“Con el paso del tiempo he descubierto que la música se ha vuelto fascinante y vibrante en los filmes, antes no pensaba ni en una canción. Ahora siento que es una representación del guion.
Y tanto los actores, como la música, te seducen con lo que te dan, con cómo se muestran”, expuso Branagh.
En el monocromático que propone Branagh, la nostalgia es clave: la lectura del periódico en el desayuno, la recepción de información en las cartas que vienen del buzón, las noticias en el radio.