Pura animación y música

En "Mi Amigo Robot", el mundo está poblado por animales

En "Mi Amigo Robot", el mundo está poblado por animales. Éstos están antropomorfizados, claro, y se relacionan unos con otros sin importar la especie. Nuestra historia se lleva a cabo en el Nueva York de los ochenta, en el que Perro vive solo, gusta de jugar videojuegos y lleva una existencia relativamente tranquila. ¿El problema? La soledad. Y cuando ve publicidad sobre un robot que le puede hacer compañía, no duda en adquirirlo.   

El perro y el robot hacen clic de inmediato. Y si acaso esto es parte del servicio, queda en segundo plano. El director español, Pablo Gerber y su equipo de animación logran que todo se sienta sumamente orgánico y la alegría de ellos es la alegría de nosotros. La relación que forman -llámesele como se le llame- parece ser inquebrantable, y cuando los vemos juntos disfrutando de El Mago de Oz no podemos evitar sonreír y desearles esa felicidad por siempre.

Claro está que, si así fuera, no habría película. Y en una escapada a un parque de diversiones, el robot se mete al mar, se asolea y se oxida. Su fiel acompañante no lo puede mover y promete regresar. La playa, sin embargo, ha cerrado y no volverá a abrir en meses. 

Lo que sigue es un relato profundamente desgarrador, en el que el destino separa a estos dos personajes y la necesidad de conexión nunca se hace más latente. Una arista sigue al perro, detallando sus actividades, como idas al boliche, a una fiesta y a esquiar. Pero estos episodios, si bien son entretenidos, parecen desviarse del propósito principal de la historia, y se pueden llegar a sentir como relleno.

¿De qué? Resulta que el robot, abandonado en la playa, queda a la merced de la naturaleza y de extraños que pasan por el camino, pero sobre todo de sus sueños, pasajes cautivadores que están llenos de imaginación y posibilidades. 

´MI AMIGO ROBOT´

3 ESTRELLAS

Dirige: Pablo Berger

Actúan: Iván Labanda, Tito Trifol y Rafa Calvo

Duración: 102 min.