- Ciudad de México
Las cineastas dominan la entrega 65 de los Ariel: cuatro de los cinco largometrajes nominados a Mejor Película fueron dirigidos por mujeres, y lo mismo ocurre en la categoría a Dirección, donde aspiran al premio cuatro realizadoras y un director.
Si bien les alegra ser parte de una generación donde la cantidad de mujeres cineastas crece y también el reconocimiento a su trabajo, las mexicanas que estelarizarán la entrega, a realizarse el 9 de septiembre en Guadalajara, son claras al resaltar que no se debe reducir su trabajo con la etiqueta de "mirada femenina", pues ello les privaría de complejidad.
"Sobre todo celebro lo diferentes que somos. Tratar de juzgar por femenino y masculino es bastante ingenuo, somos mucho más, nos atraviesan demasiadas cosas a cada ser humano. De todas siento una búsqueda muy personal y de reto en nuestra profesión", añadió Michelle Garza Cervera, detrás de Huesera, máxima nominada con 17.
Cada cinta presente en la categoría principal plantea un tema diferente, que va desde una reflexión de la maternidad y la identidad, casos de acoso, una reconstrucción del western a historias sobre la violencia en el País.
Natalia Beristáin, que llega a la entrega con Ruido, cinta sobre una madre que busca a su hija desaparecida, recordó que en 2018 también se resaltó que estuviera nominada junto con tres colegas mujeres, mientras que cuando el cine es hecho por hombres, no se habla de la mirada masculina.
"No me interesa abonar a una narrativa que polariza. Lo que destaco y es muy rico en este País es la diversidad de voces y de miradas. Ruido, incluso dirigida por otra mujer, habría sido otra película. Lo que es importante entender es que lo que una hace en un acto creativo es poner afuera su propio punto de vista del mundo.
"Se van ganando espacios, pero hay que tener cuidado. En un país con la violencia de género, con 11 feminicidios al día, con el nivel de impunidad que hay alrededor de la violencia, ¿cómo vamos a hablar de equidad? ¿Qué espacios estamos realmente ganando? Hay un chingo de trabajo que hacer al respecto", cuestionó la realizadora.
Cada directora resaltó el trabajo que hicieron para dar voces a temas desde lugares personales y plantear problemáticas desde sus propias perspectivas.Garza Cervera recordó que, en Canadá, una mujer se acercó para agradecerle por plasmar cuestionamientos sobre la maternidad en su película, pues lo que experimentó ella no había podido hablarlo ni siquiera con su familia.
Beristáin recordó que las colectivas de buscadoras llegaron a decirle que su cinta incluso se quedó corta para narrar los horrores de México, pero que al verla también se habían sentido acompañadas y representadas.
"Nuestro cine no sé si tiene que ver con la experiencia nada más y adjudicarnos sólo lo que hemos vivido como experiencias propias. Tal vez tal directora no ha vivido la experiencia de la maternidad, yo no he vivido el crecer en un rancho en el noreste.