Wellington, NZ.- En Hombre Lobo, de Leigh Whannell, la casa de campo que hereda Blake no solo es el escenario principal, sino un eje visual que simboliza el aislamiento emocional y la fractura familiar de sus habitantes.
- Construido desde cero en Nueva Zelanda, este espacio, según se explicó durante la visita al set, se convierte en un personaje más dentro de la narrativa.
La diseñadora de producción Ruby Mathers (Top Boy, Angel of Mine) y su equipo se alejaron de la clásica estética gótica asociada al personaje. En su lugar, optaron por un realismo rural que evocara a una clásica granja estadounidense, con una apariencia funcional y desgastada.
"Las conversaciones tempranas con Leigh se centraron en alejarnos de los tropos clásicos del gótico. La idea era anclar los sets en el paisaje y en el realismo, para lograr que se sintieran como una granja típica de la América rural, sin elevarlos de ninguna manera particular.
Queríamos que el público pudiera imaginarse allí", explicó Mathers durante un recorrido en las locaciones.
Para lograr este realismo, la producción construyó los exteriores de la granja desde cero en Mangaroa Farms, en Upper Hutt, en la región de Wellington, debido a que en Nueva Zelanda no existen granjas con el estilo característico estadounidense. El diseño incluyó una casa de
campo, un granero y un invernadero, basándose en planos arquitectónicos y referencias de granjas de Oregón y el Medio Oeste de EU.
"Construirlo fue la única manera de lograrlo aquí. Si estuviéramos en América, podríamos haber encontrado una ubicación increíble y filmarla tal como estaba, pero eso no era una opción", contó la diseñadora.
Además de la fachada de la granja, la producción empleó otras locaciones de Nueva Zelanda. Los exteriores se filmaron en los densos bosques de Queenstown, Isla Sur, y los interiores de la granja, la casa, un sótano y otros espacios clave se recrearon en el estudio Lane Street, en Wellington.
Uno de los aspectos que diferencia a Hombre Lobo de otras producciones previas de Blumhouse es el incremento en el presupuesto. Según Beatriz Sequeira, productora ejecutiva de la película, esta inversión fue clave para construir los sets desde cero en NZ y explorar recursos técnicos más avanzados.
"Todo es más caro ahora, así que aquí tenemos un presupuesto mayor. Pero creo que aprendimos a confiar en nosotros mismos e invertir. Creo que las películas de terror las hacemos muy bien porque siempre nos enfocamos también en el trabajo dramático", explicó Sequeira durante una conversación en el set.
La reinterpretación de Hombre Lobo bajo la dirección de Leigh Whannell también se benefició de una colaboración creativa con Universal Studios, dueño de los derechos del icónico monstruo.
"Fueron colaboradores (Universal), esa es la mejor manera de decirlo. No hay un manual que diga 'no debes hacer esto'. Confían en Leigh y en Blumhouse, y creo que fueron muy abiertos cuando presentamos lo que estábamos haciendo", agregó Sequeira.
Descubre los elementos clave que cada departamento de producción aportó a la creación de esta película.
El trabajo de 'stunts' se centró en la autenticidad física para evitar el uso de CGI o marionetas. Según el coordinador Steve McQuillan (Hellboy, I Am Mother), las secuencias más desafiantes fueron peleas coreografiadas donde los dobles de riesgo usaron prótesis completas, lo que dificultó la movilidad. El doble de Christopher Abbott tiene formación en gimnasia.
El vestuario de Hombre Lobo buscó reflejar la historia y la psicología de los personajes. Según la diseñadora Sarah Voon (Evil Dead: El Despertar), una camisa de Blake, réplica de un modelo militar de 1967, simboliza su vínculo con su padre. Se fabricaron 50 versiones de esta pieza para mantener la continuidad visual en las distintas etapas de la transformación del personaje.
Los efectos visuales, supervisados por Stuart White (Thor: Amor y Trueno), se centraron en la visión subjetiva del lobo. Basada en una perspectiva semicientífica, esta propuesta se distingue por una tonalidad que resalta la capacidad visual superior del lobo en comparación con los humanos. White destacó su colaboración con Leigh Whannell para crear una estética única, con la aspiración de que la "visión de lobo" se convierta en una firma visual reconocible de la película.
El diseño de prótesis y maquillaje especial estuvo a cargo de Arjen Tuiten (El Aro 3, El Laberinto del Fauno), quien se inspiró en La Mosca (1986) de David Cronenberg para representar la fusión de dos anatomías en lugar de una transformación completa. Tuiten creó alrededor de 650 piezas de prótesis, entre ellas cabezas y dientes que, al crecer, reducen la capacidad de habla del personaje.