Más conocida por haber interpretado a la Princesa Diana en el drama monárquico The Crown, Emma Corrin sorprendió a sus fans cuando se anunció que se incorporaba a la comedia de superhéroes Deadpool & Wolverine. Y no sólo eso, sino que interpretaría a la gran villana.
La estrella británica, quien se reconoce como persona no binaria, pasó buena parte del rodaje del blockbuster en una silla con el equipo de maquillaje y prostéticos. Su personaje, Cassandra Nova, de eterna gabardina, no tiene cabello, y a ella le debían esconder el suyo.
Creada por el escritor Grant Morrison en 2001, es el reflejo oscuro del más famoso Profesor Charles Xavier, líder de los X-Men. Ambos comparten enormes poderes telepáticos y telequinéticos, aunque ella con fines malignos.
SU PERSONAJE"¿Quién es Cassandra?. Ésa será la gran pregunta durante toda la película. Cassandra es una mujer que mantiene a todos intrigados, mantendrá a la audiencia pensando, y así tiene a Deadpool y Wolverine", contó Corrin, de 28 años, en entrevista.
"Lo más divertido de eso es que estos dos personajes, tan valientes, tienen algunos defectos que hará ver este ser impredecible".
Para construir a Cassandra, un ser carismático que se cree la heroína de su propia historia, Corrin se inspiró en dos personajes con encanto que marcaron su educación fílmica. El primero, el coronel Hans Landa (Christoph Waltz), de Bastardos Sin Gloria, y el segundo Willy Wonka (Gene Wilder), de Willy Wonka y la Fábrica de Chocolates.
LEYÓ CÓMICSAdemás, compartió, leyó diversos cómics y se dedicó a revisar todas las películas anteriores de los X-Men. Buscaba detalles y matices en las interpretaciones de Patrick Stewart y James McAvoy como el Profesor X, el gran ícono mutante.
"Me parecieron importantes, porque me interesaba entender cuando un personaje está dentro de un mundo tan rico, en términos de que sus poderes son telepáticos. Quería observar cómo lo interpretaban".
Deadpool & Wolverine, ya es un éxito de taquilla y es la incursión de Corrin en un género que necesita una sacudida. En tiempos recientes, respaldados en un descenso en la taquilla, críticos mencionan una "fatiga" del público con los superhéroes.