CIUDAD DE MÉXICO
Un agobiante set de televisión repleto de luces y cámaras podría no ser el escenario más cómodo para un chef habituado a vivir entre fogones, ollas y embriagadores aromas de especies, frituras y salsas. Pero para la renombrada chef mexicana y restaurantera Gabriela Cámara, resultó ser una experiencia muy divertida y una oportunidad para proyectar la cocina de su país.
Es así como Cámara asegura que vivió su paso por la nueva temporada de la popular competencia de cocina “Iron Chef”, que se estrenó en junio en Netflix en un relanzamiento de uno de los concursos más reconocidos de su género, nacido en los 90 en Japón y llevado en 2001 al occidente con un éxito que se prolongó por más de diez años.
Cámara, con más de dos décadas de trayectoria culinaria que incluyen varios restaurantes en México y Estados Unidos, compartió escena con los reconocidos cocineros Marcus Samuelsson, Curtis Stone, Dominique Crenn y Ming Tsai, quienes han incursionado en el mercado estadounidense entremezclando los sabores de sus orígenes etíope, sueco, australiano, francés y chino, respectivamente.
En medio del patio de una antigua edificación, adornado con numerosas plantas y enredaderas, funciona su restaurante Caracol de Mar en el centro de la capital mexicana. Allí Cámara, de 47 años, afirmó que su participación en el concurso de televisión representó “un paso gigante porque nunca había hecho algo así, y la verdad es que fue muy divertido”.
La chef, originaria del estado norteño de Chihuahua, dijo en entrevista con The Associated Press que llegó al concurso por invitación de los productores, que querían un programa “muy incluyente” con cocineros y restauranteros de diferentes culturas y trayectorias.
“Me sentí súper honrada de tener una gastronomía rica, tan vasta, tan increíblemente compleja como la mexicana en mi acervo de posibilidades”, dijo Cámara al reconocer que decidió participar en “Iron Chef” porque lo vio como una oportunidad para promover la cocina de México y lograr que los televidentes en muchos lugares del mundo pudieran conocerla “en su complejidad y en su deliciosísima variedad”.
Al hablar del proceso de internacionalización que ha vivido en los últimos tiempos la cocina mexicana, la chef dijo que en ello ha influido la expansión del conocimiento fuera de la frontera de México de los ingredientes así como de las complejas preparaciones. “Me gusta muchísimo que la cocina mexicana trascienda los tacos y los tamales y los burritos”, dijo.
Señaló que una de las figuras que contribuyó en ese proceso de expansión fue la escritora culinaria británica Diana Kennedy, fallecida la semana pasada a los 99 años en una localidad del occidente de México, quien logró a través de sus escritos en inglés dar a conocer al mundo la complejidad de la cocina mexicana.