La lava fluía hacia el mar por la isla de La palma a unos 700 metros por hora, según el Instituto Volcanológico de Canarias. La erupción podría durar semanas o meses, según los expertos.
Dos coladas avanzaban por una zona apenas poblada, según explicó a la emisora de radio SER el presidente regional de Canarias, Ángel Víctor Torres. Unas cien casas quedaron destruidas, según reportó la agencia privada de noticias española Europa Press.
“No es previsible que haya una nueva zona de erupción”, dijo Torres, añadiendo que el tráfico aéreo en la zona no se había visto afectado. “Va a haber daños materiales relevantes, esperamos que no haya (daños) personales”.
No había más evacuaciones previstas, según las autoridades.
Nemesio Pérez, coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias, señaló a SER que era improbable que la erupción dejara muertos, aunque la lava “arrasará todo por donde pase”.
La erupción abrió dos fisuras separadas por unos 200 metros (650 pies). Era probable que las coladas se unieran antes de llegar al mar, según las autoridades.
La lava llegó hasta la localidad de Los Llanos de Aridane, cercana al volcán. Las viviendas en el recorrido hasta la costa habían sido evacuadas, indicó la alcaldesa, Noelia García.
Mariano Hernández, presidente del Cabildo de La Palma, describió como “desoladora” la situación en la zona afectada, en una isla que vive principalmente de la agricultura.
“Una colada de lava con una altura media de seis metros se come literalmente viviendas, infraestructuras, cultivos que va encontrando a su camino hacia la costa del valle de Aridane”, explicó a la agencia estatal de noticias Efe.
La Unidad Militar de Emergencias aumentó su despliegue en la isla a 180 soldados y 57 vehículos, respaldados por tres aeronaves para descargar agua que se esperaba llegaran más tarde el lunes.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, tenía previsto visitar la zona afectada el lunes tras cancelar su viaje a Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas.
El volcán entró en erupción el domingo tras una semana de creciente actividad sísmica, vigilada de cerca por las autoridades.
El Instituto Volcanológico de Canarias reportó una primera erupción poco después de las 15:00 cerca del extremo sur de la isla, donde se había producido la última erupción en 1971.
Las fisuras en la cordillera volcánica de Cumbre Vieja expulsaban lava roja y nubes de humo blanco y negro. Los científicos habían dirigido su atención a la zona durante los últimos días debido a la acumulación de magma bajo la superficie y a una sucesión de pequeños sismos.
La mayoría de los evacuados se cobijaron con familiares y amigos, según las autoridades. El resto acudieron a refugios.
La Palma, donde viven 85.000 personas, es una de las ocho islas volcánicas del archipiélago canario. En su punto más oriental, las islas están a 100 kilómetros (60 millas) de Marruecos.
Antes de la erupción se registró un sismo de magnitud 4,2 en la zona conocida como Cabeza de Vaca, en la ladera occidental de la cordillera.
Las erupciones continuaban en al menos dos puntos, donde la lava salía despedida hacia arriba antes de caer en estrechas coladas por la ladera.
Mariano Hernández, presidente del Cabildo de La Palma, pidió a la gente que se mantuviera alejada de la erupción.
“A todas las personas (pido) que no se acerquen a la zona de la erupción volcánica por la zona donde está avanzando la lava”, advirtió. “Estamos teniendo serios problemas de colapso de las carreteras porque hay muchísimas personas que están intentando acercarse para verlo y está causando problemas en el desalojo de personas¨.
Aunque es demasiado pronto para saber cuánto durará esta erupción, episodios anteriores en las Canarias continuaron durante semanas o incluso meses, señaló Itahiza Dominguez, responsable de sismología del Instituto Nacional de Geología, en declaraciones a la Televisión Canaria.
La última erupción en La Palma, hace 50 años, duró algo más de tres semanas. La última erupción del archipiélago hasta ahora se había producido bajo el agua frente a la costa de la isla de El Hierro, en 2011. Duró cinco meses.