Equipos de empresa eléctrica provocarían incendio en EEUU

La principal compañía de electricidad de California declaró que es posible que sus equipos hayan estado involucrados en el estallido de los recientes incendios forestales

SAN FRANCISCO — La compañía, Pacific Gas & Electric, dijo a la Comisión de Servicios Públicos de California que sus equipos quizás fueron parte de la causa del incendio forestal Dixie que arde en la Sierra Nevada.

PG&E señaló en un reporte enviado el domingo a la Comisión de Servicios Públicos que un técnico que respondió a un cortocircuito el 13 de julio detectó fusibles fundidos en un conductor situado en lo alto de un poste, un árbol inclinado hacia el conductor y fuego en la base del árbol.

El incendio forestal Dixie ha crecido hasta abarcar 122 kilómetros cuadrados (47 millas cuadradas), en gran parte de zonas silvestres remotas. La compañía dijo que los investigadores del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (CAL FIRE, por su acrónimo en inglés) han recogido el equipo del sitio.

Los equipos de PG&E han estado vinculados en repetidas ocasiones con incendios forestales de gran tamaño, como uno ocurrido en 2018 que arrasó con la localidad de Paradise y provocó la muerte de 85 personas.

El incendio Dixie está entre decenas que están ardiendo en el occidente de Estados Unidos.

El destructivo incendio Bootleg, uno de los más grandes en la historia moderna de Oregon, ya ha quemado más de 1.210 kilómetros (476 millas), una zona del tamaño de Los Ángeles. El incendio ubicado justo al norte de la frontera con California estaba contenido en un 25%.

Los meteorólogos pronosticaban unas condiciones meteorológicas peligrosas para el lunes, con la posibilidad de relámpagos en California y en el sur de Oregon.

“Con los combustibles muy secos, cualquier tormenta eléctrica tiene el potencial de provocar nuevos incendios”, tuiteó el Servicio Nacional de Meteorología en Sacramento, California.

Miles de personas han recibido órdenes de evacuación, incluidas unas 2.000 que viven en terrenos escarpados entre lagos y refugios de vida silvestre cerca del incendio, que ha quemado al menos 67 viviendas y 100 cobertizos al tiempo que amenaza muchos más.