SECRETO OSCURO
Secreto Oscuro es definitivamente una película menor, pero que ha logrado colarse entre lo más visto de la plataforma porque resulta bastante entretenida.
Es una especie de placer culposo, porque desde los primeros minutos se sabe que no es buena, pero los guiños de la historia hacen que uno quiera quedarse ahí para ver hasta dónde llega.
El guion, escrito por su director Braden R. Duemmier parte de una idea interesante que remite a Especies (Roger Donaldson, 1995) pero que se queda a medio camino, cuando bien podría haber llevado las cosas hasta sus últimas consecuencias.
La trama mayormente se desarrolla entre tres personajes: la chica de 16 años emproblemada y solitaria, su madre divorciada que está buscando una nueva oportunidad en el amor y el prospecto a padrastro tan guapo como misterioso.
Todo ocurre en una cabaña rústica al lado de un apacible lago. Debajo, en el sótano y en el fondo del agua, hay secretos que pueden ser peligrosos.
Aparte de lo bello de la locación y un modesto trabajo de fotografía que la hace lucir, no hay mucho qué rescatarle desde el punto de vista técnico.
Los efectos especiales generados por computadora son pocos y muy básicos en su producción.
La construcción de los personajes también es elemental y no les da a los actores mucho material para defenderse, pero a fin de cuentas eso parece no importar tanto al director cuya idea, claramente, radica en lograr una conclusión que sorprenda a la audiencia y desafíe sus expectativas.
Lo más relevante, quizá, es descubrir a Mena Suvari, la estrella de Belleza Americana (Sam Mendes, 1999), convertida en la madre de una adolescente inútilmente interesada en la arqueología.
Hay mejores cosas qué ver que Oscuro Secreto, pero si le interesa este material, por lo menos no ter va a aburrir.