Las familias enterraron el martes a sus seres queridos muertos en un ataque con bomba que cobró al menos 30 vidas en un mercado atestado en la capital de Irak.
Los parientes cargaron los ataúdes en minibuses que los llevaron al lugar del entierro. La explosión se produjo la noche anterior en un mercado de Ciudad Sadr, un suburbio de Bagdad.